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lunes, 17 de junio de 2013

El dia que Patxi Andión vino a mi casa



Fue en el 73...
Fue en el 74...
No se me pegan bien las fechas.
Si se me pegan los olores; los colores...
Había colores sepia en el río de Santa María. Había olor a otoño y mandarinos.
Había si, días en que no existía para afuera del mundo.
Si las siestas en el río y la alameda. Y esas noches largas escribiendo. Esas noches de olor a leños quemándose en los hogares.
El olor a té de menta, que le llevaba a mi madre que dormitaba nocturnamente frente al televisor. Yo esperaba que se durmiera, para ir a mi habitación que estaba situada en el fondo del patio. Es decir, bajo las estrellas, las madreselvas, el despojado duraznero...
Algunas noches, amigo del viento y de la aurora; iba a buscarte salir del trabajo nocturno de la estación de servicio. Eran unos cinco kilómetros y regresábamos charlando. Y aún antes de que aparezca el sol detrás de la montaña, pasábamos por la cuadra de la panadería, para saludar a los familiares y buscar unos "criollitos" calientes.
Amigo, la subida de nuestra calle era larga. Vivíamos en un pueblo de montañas. 5 o  6 cuadras largas al oeste. Entonces te acompañaba hasta tu casa. Porque, madurando la aurora, aún en el frío y que cuando hablábamos echábamos humito azul al aire, pasábamos por esas veredas... la de Luisa, la de Lilí ... eran chicas mas grandes que nosotros. Pero eran las reinas que, sin ellas saberlo, comandaban nuestros corazones. La única dictadura que soportábamos.
Decir que eran varias cuadras, y varios los balcones y ventanales !
Llegábamos a tu casa, y la charla estaba tan chispeante, que dábamos la vuela, bajando para acompañarme a mi puerta. Y después subíamos, porque no era cuestión.
Allende esos mares, que eran olas verdes de montañas que nos cercaban por doquier; mira : yo no conocía el mar. Entonces es cuando apareció Patxi. El mar. El marinero.
Nos traía noticias del mar. Todo ese mar y las gabiotas.
Recuerdo aquella carta en que me decías, cuando trabajabas luego frente al mar... Amigo, estas gabiotas no son como Juan Salvador. Son como gallinas gordas.
Pasó un tiempo, y recién conocí el mar en : el sur.
El mar mas ámplio y gris, solitario y temible...
Era todo soledad e incertidumbre.
Patxi Andión, para nosotros, era un compañero.
Y el tiempo pasó. Y, regresa.

Una vez mas, bienvenido amigo.
Compañero del sol, fiel compañero.

Parece que nada ha cambiado.
No se si es malo o bueno.

Parece que nada ha cambiado. Por lo que siguen haciéndonos falta esas canciones.


http://www.unc.edu.ar/seccion/agenda/seu/2013/junio/patxi-andion-en-cordoba

http://correlabulla.com.ar/patxi-andion-en-cordoba-presenta-su-nuevo-cd-porvenir/

 

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