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jueves, 31 de julio de 2014

domingo, 27 de julio de 2014

Israel ganó la batalla, pero ya perdió esta guerra


Israel           ya perdió la guerra

Cuando hay tantos niños muertos y heridos y mujeres y hombres civiles,  no se puede hablar de ganar la guerra moral por parte de los que perdieron tanto. 
No se trata de eso.
Israel no imagina ( o si? - su pueblo si...) que nunca jamás volverá a practicar la horrorosa aventura de atacar a la humanidad.





Vista general de edificios destruidos por los bombardeos israelíes en la ciudad de Gaza. (EFE)




 En un comunicado difundido, señaló que unas 3.333 viviendas han sido total o parcialmente destruidas en la Franja.
 La población desplazada es alojada en hogares de familiares o escuelas de la ONU que se encuentran desbordadas.
 La práctica totalidad de los residentes de Gaza, 1,8 millones de personas, se ha visto afectada por la ofensiva israelí que ha matado a 1.053 palestinos.

Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/2203641/0/onu-emergencia/gaza/palestinos-desplazados/#xtor=AD-15&xts=467263

sábado, 26 de julio de 2014

Madre






                               













13:38 | Al menos 130 cadáveres de hombres, mujeres y niños fueron rescatados este sábado en Gaza por los servicios de emergencia durante las labores de desescombro realizadas en las primeras nueve horas del alto al fuego humanitario pactado entre el movimiento islamista Hamas e Israel. En 19 días de bombardeo israelí la cifra de muertos superó los mil, mientras que unas 6 mil personas han resultado heridas.

Por qué los gobiernos occidentales no se solidarizan con el pueblo palestino ?


¿Por qué los gobiernos occidentales no se solidarizan con el pueblo palestino?


Rafael Narbona -  Reacción http://insurgente.org/

Mientras Israel extermina a hombres, mujeres y niños en la Franja de Gaza, invocando su derecho a garantizar su seguridad, Estados Unidos y la UE contemplan la matanza con indiferencia, limitándose –en el mejor de los casos- a esbozar tímidas objeciones. Al margen de las cuestiones energéticas y geoestratégicas, nadie quiere proporcionar argumentos que permitan lanzar la temida acusación de antisemitismo. Los niños palestinos mueren carbonizados, mutilados o agujereados porque Israel quiere explotar los yacimientos de gas situados en las aguas territoriales de Gaza y porque existe una inequívoca voluntad de forzar una segunda Nakba o emigración forzosa, semejante a la de 1948, que expulsó de sus hogares a casi un millón de palestinos. No es una exageración hablar de genocidio o limpieza étnica. Israel sigue los pasos de Estados Unidos, que aplicó el mismo procedimiento con los pueblos nativos americanos. Los pueblos nativos americanos son en realidad las primeras naciones de un continente diezmado por el colonialismo europeo, pero en la actualidad sobreviven en reservas, sin la posibilidad de constituir un gobierno que refleje su identidad cultural. Sus derechos se extinguen en el humillante fidecomiso de sus propias tierras en calidad de gestores y administradores. Israel ni siquiera reconoce a los palestinos como pueblo, pues estima que solo son árabes, población hostil e incompatible con el proyecto de recuperar algún día las fronteras del Antiguo Testamento.



LA PASIVIDAD DE EUROPA Y ESTADOS UNIDOS ANTE LA SHOAH

La UE y Estados Unidos no quieren acusar a Israel de genocidio y crímenes de guerra, pues la Shoah se ha convertido en una imbatible coartada, que se explota con vergonzoso cinismo. Casi todos los pueblos ocupados por el Reich alemán durante la Segunda Guerra Mundial colaboraron en la deportación de sus ciudadanos de origen judío, sin ignorar su terrible destino. El infame gobierno de Vichy se plegó a las exigencias de los nazis con auténtico fervor antisemita, movilizando a miles de policías para deportar a 74.000 conciudadanos judíos. 42.000 acabaron en Auschwitz. Solo 811 regresaron a Francia. En cambio, cuando el 1 de octubre de 1943 Adolf Hitler ordenó la deportación de los judíos daneses, el movimiento de resistencia y un gran número de ciudadanos anónimos se movilizaron para trasladar a la neutral Suecia a 8.000 judíos. Gracias a esta audaz maniobra y a las gestiones diplomáticas de las autoridades, solo perdieron la vida 102 judíos daneses, de acuerdo con los datos del Yad Vashem. El antisemitismo es un viejo prejuicio cristiano que en los años 30 gozaba de excelente salud en Europa y Estados Unidos. Joseph Kennedy, William Randolph Hearst y Henry Ford -que sería condecorado por los nazis con la Gran Cruz de la Orden Suprema del Águila Alemana, la distinción más alta que podía recibir un extranjero- nunca ocultaron su odio hacia los judíos y aprovecharon su poder para influir en la opinión pública norteamericana, ensalzando las dictaduras de Hitler y Mussolini. Walt Disney se movió en la misma línea y el gobierno de Franklin Delano Roosevelt restó importancia a la Shoah, pese a conocer perfectamente lo que sucedía. No quería perder el voto judío, pero tampoco el de los evangélicos y los irlandeses católicos, notorios antisemitas.

Cuando en 1943, Jan Karski, representante del gobierno polaco en el exilio y testigo presencial de la matanza de judíos en el gueto de Varsovia y el campo de tránsito de Izbica, se entrevistó con Roosevelt para informarle del genocidio, el presidente le contestó con evasivas y desvió la conversación hacia la hípica, una de sus pasiones, preguntándole por las características de los caballos europeos. Ni siquiera se planteó bombardear las vías ferroviarias utilizadas por los nazis para deportar a millones de judíos. En esas fechas, los judíos norteamericanos sufrían discriminación laboral y se limitaba su acceso a colegios y universidades. Después del bombardeo de Pearl Harbor el 7 de diciembre de 1941, muchos jóvenes judíos se alistaron en las Fuerzas Armadas de Estados Unidos. Algunos ya habían luchado contra el fascismo en España como voluntarios de las Brigadas Internacionales. Los gentiles con un título universitario se convertían automáticamente en oficiales, pero ese criterio no se aplicaba con los judíos y, además, se les prohibía incorporarse a los servicios de inteligencia o la Fuerza Aérea, virulentamente antisemita. Si querían alistarse en los marines, les exigían una explicación. Si manifestaban que deseaban frenar el avance del fascismo, chocaban con un muro de incomprensión, pues los oficiales esperaban escuchar a los reclutas que su intención era “matar japos”. Aunque 550.000 judíos americanos lucharon en los campos de batalla europeos, soportaron el mismo desprecio que los afroamericanos, lo cual explica que años más tarde muchos judíos apoyaran la campaña por los derechos civiles encabezada por Martin Luther King.

La prensa estadounidense no mostró mucha preocupación por la suerte de los judíos europeos. Incluso The New York Times, cuyos dueños (Ochs y Sulzberger) eran de procedencia judía, relegó a la página doce el informe de la historiadora Déborah Lipstadt sobre la deportación de 400.000 judíos húngaros a Auschwitz II (Birkenau), donde les esperaban las cámaras de gas y los crematorios. Cuando se produjo el levantamiento del gueto de Varsovia, el diario habló de patriotas polacos y no de Resistencia judía. El New York Herald Tribune, elWashington Post y Los Angeles Times obraron del mismo modo. Solo en la primavera de 1944, la Fuerza Aérea accedió a bombardear el complejo industrial de Auschwitz III (Monowitz), pero el ataque no incluyó las cámaras de gas ni las vías de tren que transportaban a los seleccionados para recibir “tratamiento especial”. Esta vergonzosa maniobra insinúa que las vidas de los deportados se consideraban menos importantes que la destrucción de las fábricas de munición.





LA COMPLICIDAD DE EUROPA Y ESTADOS UNIDOS EN EL GENOCIDIO DE GAZA



La historia se repite con los palestinos, que en las últimas semanas están soportando en la Franja de Gaza un violento ataque militar del Tzahal. No se puede hablar de guerra, pues los palestinos carecen de un ejército regular y las milicias de Hamás poseen un arsenal ridículo, con escasa capacidad de infligir bajas. Sarah Woznick, enfermera norteamericana de Médicos Sin Fronteras, ha trabajado seis meses en la Franja de Gaza y acaba de abandonar el lugar, pues los ataques israelíes por tierra, mar y aire no discriminan entre civiles, personal sanitario y milicianos de Hamás. “No hemos podido desarrollar parte de nuestras labores médicas por falta de seguridad. […] Los palestinos sufren mucho, sobre todo los niños. Cada vez que había un ataque los niños se agarraban a las piernas de los padres, intentando protegerse. […] Aparte de los que mueren y los que resultan heridos, los niños de Gaza están sufriendo mucho psicológicamente. […] Un niño llegó con quemaduras en todo el cuerpo, con 100 pedazos de metralla incrustados”. Cuando le preguntan si los milicianos de Hamás se parapetan en los hospitales, según afirma el gobierno y la prensa israelíes para justificar sus bombardeos sobre escuelas y centros médicos, Woznick afirma que no conoce ningún caso ni ha escuchado ningún testimonio en ese sentido. Es un acto de cinismo afirmar que el Tzahal actúa con criterios selectivos, pues sus avisos para abandonar los edificios convertidos en blancos militares solo proporcionan a la población civil un ridículo margen de tiempo que no excede los cinco minutos. La Franja de Gaza está compuesta por 385 kilómetros cuadrados limitados al Mar Mediterráneo, Egipto –que ha recuperado su papel de aliado de Israel y Estados Unidos- y las fronteras israelíes. Apenas hay donde esconderse. “Te metas donde te metas te van a bombardear. Gaza es una ratonera, pero ¿adónde podemos ir?”, exclaman los palestinos.



El Consejo de Derechos Humanos de la ONU ha aprobado una resolución que condena a Israel por su ofensiva militar y ha creado una comisión para investigar los crímenes y las violaciones del derecho internacional. Solo se ha opuesto Estados Unidos, que ha calificado la resolución de “destructiva”, y 17 países –entre los que se encuentran Alemania, Francia, Reino Unido y España- se han abstenido. Israel ha ironizado sobre la resolución, afirmando que solo es “una farsa”. Navi Pially, Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, ha afirmado que hay indicios de crímenes de guerra en la Operación Margen Protector, que de momento le ha costado la vida a 735 palestinos y ha provocado graves heridas en casi 5.000. El 85% son civiles. Al menos, 175 eran niños y más de un centenar mujeres. Ya hay 110.000 desplazados que han huido de sus hogares y, según Save the Children, cada hora muere un niño palestino. Israel ha bombardeado once escuelas, un pozo de agua que abastecía a 1.500 personas, un hospital, una escuela de Naciones Unidas en Beit Janún y un almacén gestionado por la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos en Oriente Próximo (UNRWA). Navi Pially ha recordado que desde el 12 de junio Israel ha detenido a más de 1.200 palestinos en Cisjordania y Jerusalén Este, sin presentar cargos. Simplemente, ha realizado una detención administrativa que puede prolongarse indefinidamente, sin aportar pruebas incriminatorias. Estos hechos solo pueden calificarse de secuestro. Israel disfruta de una escandalosa impunidad. Solo eso explica que Tizpi Livni, Ministra de Justicia, haya declarado al diario Yediot Aharonot: “¡Venid a buscarme!”, burlándose de la orden –ya revocada- de un tribunal británico, exigiendo su detención para interrogarla por crímenes de guerra en la Franja de Gaza durante la Operación Plomo Fundido (2008-2009). En esa época, Livni –antigua agente del Mossad- ocupaba los cargos de primera viceministra y ministra de Asuntos Exteriores. Hasta ahora el Tzahal ha sufrido 35 bajas. Es un número insignificante que refleja la asimetría de los contendientes, pero que triplica la cifra de 10 caídos durante la Operación Plomo Fundido, cuando 1.400 palestinos perdieron la vida bajo el fuego israelí. El Presidente Barack Obama ha lamentado la muerte de civiles, pero ha defendido el derecho de Israel a protegerse. En un alarde de cinismo, ha aprobado una ayuda de 47 millones de dólares para reconstruir Gaza, mientras continúan fluyendo ingentes cantidades de dinero para mantener en funcionamiento la maquinaría militar israelí.



ISLAMOFOBIA Y EL RESURGIR DEL IMPERIALISMO NORTEAMERICANO



Uno de los crímenes del Tzahal que debería perdurar en la memoria colectiva es el asesinato de un joven palestino desarmado, que fue abatido y rematado ante las cámaras por francotiradores israelíes, mientras buscaba a sus familiares entre los escombros. ¿No es una triste repetición de los disparos del Hauptsturmführer SS Amon Göth desde el balcón de su residencia en el campo de concentración de Plaszow en la Polonia ocupada por la Alemania nazi? ¿Cómo es posible que los países occidentales toleren y no condenen esta masacre? Evidentemente no es tan solo por su subordinación a Estados Unidos ni por el miedo a ser acusados de antisemitas. No es solo por los yacimientos de gas en las aguas territoriales de Gaza, sino también por la profunda islamofobia que se ha propagado en el mundo desde el 11-S, un brutal atentado sin esclarecer que proporcionó la excusa perfecta a Estados Unidos para intervenir en Oriente Medio y proseguir sus planes para reordenar una zona de vital importancia en el suministro de combustibles fósiles. La islamofobia presupone que el Islam es una religión primitiva, irracional, cruel, racista, violenta y sexista. Los deleznables artículos de Michel Houellebecq, Oriana Fallaci y Antonio Elorza, mandarín del diario El País, han contribuido a fomentar esa visión, cuando lo cierto es que tanto en El Corán como en la Biblia hay frases igualmente inaceptables para la sensibilidad contemporánea, así como invitaciones a la compasión, el perdón y la tolerancia. Estados Unidos combatió el panarabismo de inspiración socialista en los años de la Guerra Fría y financió el fundamentalismo islámico, no menos dañino que el fundamentalismo cristiano, aliándose con Arabia Saudí, donde reina el wahabismo, una de las versiones más radicales del Islam. La desintegración de la Unión Soviética le dejó durante un tiempo sin el enemigo que justificaba sus desorbitados gastos militares, pero el 11-S restableció el clima de confrontación que sirve de coartada a su agresivo imperialismo. El Islam se ha convertido en el mejor comodín de la diplomacia norteamericana. Por un lado, se fomenta en la opinión pública el odio a los regímenes musulmanes, minimizando el impacto que causa la muerte de civiles palestinos, afganos o iraquíes en operaciones militares de la OTAN, Israel o Estados Unidos en solitario.

Por otro lado, se promueve la constitución de un califato islámico en Siria e Irak que prepararía la batalla final contra Irán, la llave que permitiría controlar las repúblicas caucásicas limítrofes con Rusia, estrechando el cerco contra el oso ruso, su principal rival. La prestigiosa politóloga iraní Nazanín Armanian no alberga dudas sobre las intenciones de Estados Unidos. En mayo de 2014 Armanian publicaba en su blog Punto y seguido el artículo “La ofensiva simultánea del intrépido Obama contra Rusia y China”, donde afirma: “Ni en sus mejores años de imperialista Washington se había atrevido a actuar como un suicida: mientras planea un enfrentamiento directo con Rusia en Ucrania, Barack Obama visita a sus aliados asiáticos ─Japón, Corea del Sur, Malasia y Filipinas─, en el marco de su política del Regreso a Asia, para contener el avance de China en el mundo. […] El Pentágono planea aumentar las operaciones de vigilancia cerca de China, desplegar cazabombarderos y usar misiles para destruir la infraestructura militar del enemigo y enviar un portaaviones al Estrecho de Taiwán. […] La línea roja autoimpuesta por Moscú de que consideraría “el ataque a los ciudadanos rusos en Ucrania como un ataque a la propia Rusia”, puede convertirse en una trampa mortal para Putin.

Es justo lo que busca Washington: involucrarle en una larga guerra de desgaste en Ucrania para así tumbar su economía, dañar su peso en las relaciones internacionales (ahora que se había convertido en mediadora de los conflictos como el de Irán y de Siria), parar el proceso de la mejora de sus relaciones con los Estados exsoviéticos, privar a la Vieja Europa de un sólido socio comercial (y venderle su excedente de gas de esquisto), obligarla a participar en las sanciones económicas contra Moscú e incluso entrar en guerra contra su proveedor de gas, y ¿cómo no? dar un nuevo protagonismo a la OTAN. El Pentágono va a desplegar más paracaidistas en Polonia, Estonia, Letonia y Lituania, enviará un buque de guerra al Mar Negro y en unos meses realizará la maniobra Operación Trident con Ucrania”. Armanian señala que Estados Unidos refuerza su estrategia política con atentados terroristas para desestabilizar a sus adversarios y cita la masacre de Odessa y el atentado en la estación de tren de Xinjiang, la región musulmana de China fronteriza con Afganistán y Pakistán. En ambos casos, los hechos coincidieron con la presencia en Ucrania de John Brennan, ex director de la CIA, y Joe Biden, vicepresidente de los Estados Unidos. No hay que estrujar mucho la imaginación para descubrir que Washington intenta forzar una intervención militar de Rusia.

El atentado en Xinjiang se produjo poco después de la gira de Obama por Asia. Esta vez se trataba de desestabilizar una región fronteriza con países controlados por Estados Unidos. Armanian también ha señalado que el secuestro y asesinato de tres jóvenes israelíes en la Cisjordania ocupada solo favorecía a los intereses israelíes y ha cuestionado la existencia de Al Qaeda y la misteriosa ejecución de Osama Bin Laden, al que llama “el Fantasma”. Me he permitido citar a Armanian con tanta extensión por su enorme calidad como analista y porque sus hipótesis sobre operaciones de bandera falsa y terrorismo financiado por Estados Unidos tal vez resultan más creíbles que mis especulaciones. Hace poco, alguien me recriminó que atribuyera al Mossad el secuestro y presunto asesinato de los tres jóvenes judíos en la Cisjordania ocupada, asegurándome que un judío jamás atentaría contra la vida de otro, olvidando que en el atentado contra el Hotel Rey David cometido por el Irgún el 22 de julio de 1946 murieron 17 judíos. En esas fechas, dirigía el Irgún Menájem Beguín, futuro Primer Ministro de Israel y Premio Nobel de la Paz.



EL ANTISEMITISMO COMO CORTINA DE HUMO



Mientras escribo este artículo habrán muerto más palestinos y tal vez algún soldado del Tzahal. Hace unos días, Marcos Ricardo Barnatán, judío sefardita nacido en Buenos Aires, visitó mi página en Facebook y calificó de repugnate mi artículo “¿Por qué el Estado de Israel asesina a niños palestinos?”. Buscando algunas de sus declaraciones, descubrí la siguiente perla: “¿España antisemita? Claro que sí: llevó aquí 45 años y he oído todos los eructos antisemitas que se pueda imaginar”. No sé si sufro alucinaciones visuales, pero en su foto de perfil posa con una pulsera con los colores de la bandera española y el escudo constitucional al fondo. Me cuesta trabajo entender esta paradoja, pero le remito a las conocidas palabras de Norman Finkelstein, judío norteamericano hijo de una superviviente de Auschwitz y Majdanek: “No existe nada más despreciable que usar el sufrimiento y el martirio de las víctimas del nazismo para intentar justificar la tortura, la brutalidad, la demolición de hogares que Israel comete diariamente contra los palestinos”. Dicho de otro modo: no hay excusas para justificar el martirio del pueblo palestino, que se produce por una mezcla de colonialismo, racismo e inconfesables intereses económicos y geoestratégicos. Para finalizar añadiré que los países occidentales no se solidarizan con el pueblo palestino porque los intelectuales, los artistas y los escritores hace mucho que renunciaron a cualquier forma de compromiso, más preocupados por los premios y homenajes que por el sufrimiento de sus semejantes. Al igual que los argelinos que luchaban contra Francia por su independencia, los palestinos solo disponen de su coraje para evitar su desaparición como pueblo. Indudablemente, todos somos culpables del genocidio que se está cometiendo ante nuestros ojos. Escribir un artículo no nos descarga de esa responsabilidad.

Atilio Stampone



En una oportunidad Pedro Maffia pasó por el café. Después de escuchar a Atilio le pidió a don Antonio [el padre de Atilio Stampone] que lo dejara trabajar en su cabaret Tibidabo. El padre lo pensó un rato y le contestó: «Mirá, Pedrito, lo dejo. Pero con una condición: que en cuanto termina de trabajar, vos mismo lo pongas en el tranvía 16 para que se vaya derechito a casa. Atilio es un buen chico y no quiero que viva el ambiente del cabaret». Tiempo más tarde Stampone le dedica a su padre el tango Viejo gringo, como un homenaje a su cariño

Nélida Rochetto



“Si hubo un genio, se llamó Homero Expósito”, interrumpe con fanática vehemencia Stampone. “Vivía con mi vieja en Carlos Calvo y Catamarca. Tanto Virgilio como Homero Expósito venían a comer a casa. En esa época tocaba con Astor en el cabaret y me acostaba un poco tarde. De modo que me levantaba cerca del almuerzo y tocaba en el piano que tenía en mi pieza una melodía. Homero, al rato de almorzar con mi vieja, se iba a jugar a las cartas. A los días, con voz de vino tinto me llamó por teléfono y me dijo: ‘Escribí: Cruel en el cartel / la propaganda manda cruel en el cartel, / y en el fetiche de un afiche de papel /…’. Todo por teléfono. Al rato me vuelve a preguntar ‘¿Escribiste?’ Sí, le digo. ‘Bueno’, me contesta, ‘fijate si coincide con esa melodía que tocás todos los días al levantarte que no me deja almorzar tranquilo en lo de tu vieja’. Cuando empecé a tocarla me di cuenta de que entraba perfecto. Así que me fui hasta el café y le digo. ‘Che Mimo, no hay que cambiarle nada’. ‘Ya lo sé’, me contestó. Eran genios que cambiaron el lenguaje, la literatura, la poesía del tango. Fue una revolución. Tampoco puedo olvidar a Horacio Salgán, mi pianista ideal. Está fuera de concurso”.

Afiches [Tango] by Atilio Stampone/Roberto Goyeneche on Grooveshark

Aquí: Texto completo de la nota : Primer Encuentro Internacional de Tango



viernes, 25 de julio de 2014

Señales del Mundo que conocimos


¿Enterrar semillas o colocarlas en una cuna?

Una experiencia innovadora en una escuela rural brasileña nos obliga a repensar la fuerza explosiva de las palabras

JUAN ARIAS 24 JUL 2014 - 17:40 CEST4



The World We Knew (Over and Over) by Frank Sinatra on Grooveshark


Esta columna se podría titular también "La fuerza de una idea". Se trata de un hecho real: la historia de un cambio de palabras que se convirtió en la fuerza motriz de una experiencia pedagógica. Ocurrió en la escuela primaria piloto Hermann Muller, en la preciosa ciudad brasileña de Joanville. Se trató de cambiar la palabra “cova” por la palabra “berço”.

La protagonista es la profesora Silvana Aparecida, que de la nada, con la fuerza de una idea, empezó a alfabetizar creativamente a los niños de una zona rural. Lo hizo utilizando flores y poesías, sembradas juntas en el jardín de la escuela en el que los alumnos aprendieron a cultivar las semillas de las plantas. El jardín acabó sembrado también de poemas.

Los versos se convertían en flores de palabras y los nombres de las flores en cartilla de abecedario. Y se hizo el milagro; aquellos niños de familias pobres aprendieron a leer antes de la edad en la que un niño suele empezar a silabear las palabras.

En la experiencia fueron involucrados los padres de los alumnos, muchos de ellos campesinos y cazadores, a los que sus hijos, que en la escuela aprendieron a descubrir la fuerza de la libertad en el vuelo de las aves, acabaron convenciéndoles de jubilar sus escopetas para dejar tranquilos a los pájaros en los árboles.

En medio de esa experiencia innovadora y creativa, tuvo lugar algo significativo que nos obliga a pensar lo explosivas que son a veces las palabras y que me contó Silvane días atrás.

En portugués, el agujero que se hace para colocar las semillas se llama “cova”, que evoca la sepultura. La profesora que se esfuerza para inculcar en sus alumnos la idea motriz de vida en vez de la de muerte, tuvo la idea (¡la fuerza de las ideas!) de cambiar aquella palabra (¡la fuerza de las palabras!) y les dijo a los niños que para colocar las semillas, que es algo vivo y de las que nacería una nueva vida, iban a preparar para ellas, en vez de una “sepultura”, una “cuna”, que se construye con amor para recibir una nueva vida.

Me contó que con solo cambiar aquella palabra cambió la actitud de los niños al preparar la tierra para colocar en ella las simientes. “Los niños empezaron a remover la tierra con mayor cariño. Hacían el agujero en forma de cuna, acariciaban su forma y se notaba en sus manos que estaban preparando algo precioso para colocar en él a un recién nacido”, me explicó sin conseguir esconder en su relato un cierto estupor que aún la agitaba al recordar la experiencia.

Aquella idea sembrada en una simple escuela primaria enseñó también a los alumnos a respetar, por ejemplo, las diferencias con una dimensión nueva. En vez de aceptar, por compasión, la minusvalía de un alumno, que nació sin una mano, pasaron a verla como algo normal, simplemente distinto.

Esa minúscula experiencia, perdida entre los cientos de miles de escuelas del país, nos obliga a reflexionar no solo sobre lo equivocada que suele estar toda nuestra pedagogía, anclada aún en los modelos y estereotipos medievales, sino también sobre la fuerza que una idea innovadora puede tener en la sociedad y en nuestra propia vida personal o familiar.

Seguimos sin creer en el milagro de las palabras y de sus posibles usos y significados, de la fuerza que entrañan esos símbolos que nos distinguen radicalmente de nuestros hermanos los animales. Sin embargo, como enseña el psicoanálisis, las palabras encierran en sus entrañas una fuerte carga de creatividad y peligrosidad.

La idea -simple y genial al mismo tiempo- de esa escuela de Joanville de plantar semillas no en una sepultura, sino en una cuna, podría aplicarse a nuestras instituciones, a los proyectos políticos y sociales, a toda la pedagogía de la vida.

Si nos convencemos, por ejemplo, de que la violencia que prefigura las sepulturas para sus víctimas es más fuerte que el respeto a la vida; si asociamos la política a la rapiña que acaba sepultando el fruto de la corrupción en las fosas de la iniquidad, o si organizamos los beneficios de la vida social de los pobres en función de espúreas ganancias políticas, estamos usando el concepto de muerte en vez del de vida.

Es significativo que hasta un político avezado como Lula haya confesado días atrás que la política en Brasil “está podrida”.

La indiferencia, la falta de respeto y hasta el desprecio que crece cada día en la sociedad contra los políticos, podría estar relacionada con esa preferencia actual de las instituciones por las sepulturas en las que se pudren las esperanzas de vida de los ciudadanos. Algo que ocurre cuando se prefiere, por ejemplo, el despilfarro de lo público a la austeridad debida al bien común.

Etimológicamente, en griego, política significa el “arte de vivir en sociedad” y también el de “gobernar para el bien de la sociedad”.

Lo social palpita en el corazón de la palabra política, hasta el punto que Aristóteles definió al ser humano como zoón politikón: animal social.

De la raíz etimológica de política, nació la paideia o educación, y de ahí la pedagogía, que es la ciencia que “conduce al niño por el camino de la vida”.

¿Podía la profesora Silvana escoger un modo mejor de enseñar a sus niños a caminar por los senderos de la vida a la que se están abriendo, como una flor en busca de la luz del día?

¿Qué forma mejor de inculcarles a los niños pulsaciones amorosas de resurrección en vez de sentimientos de muerte, que convertir la sepultura donde enterrar las semillas en cuna donde prepararlas a la espera de una nueva vida?

La respuesta es vuestra, padres y madres de familia, que cada mañana lleváis con ilusión a vuestros pequeños a la escuela con el deseo íntimo de que aprendan a amar y respetar con alegría todo lo vivo en vez de verles crecer admirando a los tristes sepultureros de la esperanza.


http://sociedad.elpais.com/autor/juan_arias/a/

Un mundo en decadencia

Que vivimos en un mundo en decadencia, no caben dudas.
Los valores de la vida están en decadencia.
Los Indignados se indignaron cuando les tocaron el bolsillo. Llenaron las plazas, batieron los parches, las cacerolas y luego se batieron en retirada. 
Despedazan hospitales, escuelas - si, con gente adentro, niños, y eso - lo vemos en directo por TV, y nadie se indigna tanto. Una pálida expresión... una mueca del mundo decadente.
Pensaba así, y no me salían las palabras esta mañana. Hablo de Gaza y de los asesinos israelíes.
Luego leo algo que estaba en sintonía:

Que Mundo Maravilloso by Louis Armstrong on Grooveshark
EL MUNDO › OPINION

Si vis pacem

 Por Noé Jitrik

La dramática situación que afecta a Gaza y a Israel ha dado lugar a una oleada de pronunciamientos; unos denuncian a Israel por los feroces bombardeos y las víctimas civiles que ocasionan y, desde luego, simpatizan con la causa de Gaza; otros justifican las acciones israelíes y toman partido pero casi todos, de un tipo a otro, y sobre todo los que no optan por uno u otro en esta contienda, claman por la paz.
Nada más justo y humano; ni siquiera los más feroces y decididos guerreros estarían teóricamente en contra pero, arrastrados por los acontecimientos, ven cómo esa humilde y maravillosa palabra se deshace ante los ojos y, como si no se pudiera hacer otra cosa, se internan en la guerra, algunos lamentando la destrucción que implica, otros regocijándose por la que provocan y, en todos los casos, cuando tales guerras concluyen celebrando, por fin, la paz, triste paz, que sobreviene.
Todo indica que siendo irreductibles las posiciones ese noble objetivo no se logrará, al menos en lo inmediato. Estamos en lo que mi recordado Fernando Ulloa definía como “una encerrona trágica”. Y, para entrar en materia, se diría que muchos condicionales se interponen para lograr la paz. Si, como sostiene Hamas, Israel es un invento de invasores y, como sostiene Israel, Hamas es un conjunto de terroristas, no es probable que ambas afirmaciones desaparezcan o sean, siquiera, mínimamente corregidas. Por empezar, Hamas debería dejar de lanzar cohetes y, más aún, debería deshacerse de su armamento, actitud impensable si se trata de expulsar a ocupantes ilegítimos, no hablemos de reconocer a Israel; Israel debería retirar a los colonos de Cisjordania, no hablemos de reconocer a Gaza, y, más aún, desmilitarizarse, renunciar a todos sus logros, actitud impensable si se trata de permanecer en una tierra conseguida con esfuerzos y, punto siempre a recordar, otorgada, de mala gana, por las potencias que vencieron al nazismo, gestor y autor de uno de los peores intentos de destrucción de los judíos de que se tiene memoria. Dos hechos de fierro se oponen.
¿No sería el momento de considerarlos como hechos, de fierro, en lugar de contemplar la destrucción, lamentarse por ella y hacer declaraciones que sólo hacen sentir que se está en lo correcto? No deja de ser ilustrativo recordar situaciones análogas: Texas era territorio mexicano; colonos gringos instalados allí terminaron por reivindicar como propio el territorio y México se encontró impotente para impedirlo: ¿sería pensable que México lanzara ahora cohetes sobre Austin, Houston y Dallas para expulsar a los ocupantes? No la Argentina, sino los ocupantes de la Casa Rosada, porque tenían armas, decidieron recuperar las islas Malvinas, y así nos fue y, como no hay mal que por bien no venga, la lógica de las armas tuvo que retroceder, la dictadura tuvo que recular y la democracia se reinstaló, con gran contento de todos, aunque las Malvinas siguen tan lejos y ocupadas como antes.
Y considerar los hechos, por más duros que sean, supone la posibilidad de llegar a algún acuerdo, palabra no tan convencional como parece, puesto que tiene que ver, remotamente, con corazón. Y, desde luego, implica conceder lo cual, a su vez, descansa sobre reconocer. ¿No es este mecanismo acaso el modo en que podemos seguir viviendo no sólo en sociedad sino aún en lo más íntimo y personal? ¿No es un acuerdo la conyugalidad y el sexo? La violación es un hecho brutal, pero sobre todo es la ruptura de un acuerdo. ¿Es tan difícil entender esto?
Difícil, desde luego, el acuerdo cuando están en juego simetrías desconcertantes; la primera es que ambos contendientes parten de identidades cuyas raíces están en lo indiscutible por excelencia, la religión, única verdadera en ambos casos; la segunda, que no se aman y no se entienden y que no están dispuestos a hacerlo; la que sigue es la afirmación del mismo derecho a la tierra; la otra es que la mayor parte de los recursos económicos de que disponen o podrían disponer se disipan en armamentos. Pero también cuentan las disimetrías que son tan agobiadoras como las otras: Israel tiene un poder militar incuestionablemente mayor y más perfecto que los otros, posee una estructura productiva incomparablemente más eficiente, ha desarrollado una ciencia altamente sofisticada que Gaza no tiene, aunque podría tener o querer tener, la lista de desequilibrios es interminable.
Considerando sobre todo lo disimétrico, Israel podría “ofrecer”, Gaza podría “obtener”. ¿No sería este juego semántico un punto de partida para evitar humillaciones de unos y soberbia de otros? ¿No sería esta relación un justo vuelco del que más posee en todos los órdenes al que posee menos sin por ello generar esclavitud o sometimiento? ¿No sería esto un principio del acuerdo?
No creo que haya otro camino: si en esta escalada, Gaza es liquidada, el triunfo israelí sería pírrico, perdería mucho más de lo que podría ganar; que Gaza gane en este enfrentamiento se parece más a una expresión de deseos que a una posibilidad concreta, y si sucediera, no por eso lograría paz ni objetivos que tampoco ha presentado demasiado claramente. Tal como están las cosas el final son dos ruinas, no una sola, y para que no haya ninguna ruina no hay otra manera que cesar y hablar, el lenguaje de las armas no sirve, es de una falsa elocuencia y sólo sirve para dar satisfacción a quienes voluntaria o involuntariamente han renunciado al uso de la palabra.
Lo que está pasando en esos lugares debe pasar también en otros, aunque más ocultamente y en otros términos. Parece una fatalidad que persigue a la humanidad desde que el mundo es mundo y si bien de pronto no hay más remedio que enfrentarlo, se supone que porque la razón ha caducado y sus esfuerzos por sobrevivir son solamente patéticos, ¡a la guerra! Y ahí van todos, de grado o por fuerza, la patria está en peligro. Algunos, más sabios, o más cautos, pero con armas en la mano, asumen esa fatalidad: “Si vis pacem, para bellum”, o sea “si quieres la paz prepárate para la guerra”, es un adagio, o más bien un pensamiento que se ha instalado en el subconsciente humano desde hace más de veinte siglos y que parece el colmo de la sensatez. Porque por un lado supone que siempre hay enemigos y por el otro que los enemigos comparten, simétricamente, esa filosofía, si no es excesivo llamar filosofía a esa precaución.
Me atrevería a pensar que todo esto tiene que ver con un núcleo básico, el armamentismo, palabra que arrastra muchos hechos. Es algo sabido: los únicos que se benefician con estas guerras son los fabricantes y vendedores de armas, una legión de seres que se desplazan en las sombras, perciben con órganos filosos lugares y personas rodeadas por enemigos o enemigos ellas mismas y acuden en el momento preciso para que la enemistad concluya sin vueltas. Esto no es ninguna novedad, tal vez lo sea el que los seres humanos, desde el Neanderthal hasta el vecino, crean o sientan que están amenazados ya porque otros los amenazan, ya porque quieren defender a como dé lugar lo que poseen. La piedra, el garrote, la lanza, la espingarda, la muralla, la cota de malla, el fusil, el cañón, el tanque, el misil, la bomba, lo cada vez más potente viene en auxilio del que siente que la amenaza crece en lugar de disminuir. Y, de ahí el ejército, las “fuerzas armadas” que virtualmente están destinadas a defender virtuales, y a veces concretos, reales o inventados, enemigos.
En eso estamos y eso me pone triste. Es como si razonar y pensar y procurar entendimiento careciera de sentido porque, sin duda, las muertes que contemplamos como su sublime y encantador resultado se lo quitan implacablemente.

http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-251504-2014-07-25.html

martes, 22 de julio de 2014

Sueño con serpientes

Diputada del Parlamento israelí Ayelet Shaket, del partido radical Hogar Judío, escribió que las madres palestinas “deberían desaparecer junto a sus hogares, donde han criado a estas serpientes. De lo contrario, criarán serpientes más pequeñas”. Añadió: “El pueblo palestino ha declarado la guerra a Israel, y con guerra hay que responder. Basta de referencias oblicuas: esto es una guerra contra el terror, no una operación, no una estrategia de baja intensidad. Las palabras tienen su significado”. En efecto, las palabras tienen su significado y detrás de éstas no hay más que uno: el exterminio del pueblo palestino.

Extraido de:

6 argumentos falaces sobre la superioridad moral de Israel
22jul 2014




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Argumento no. 1- Hamás son terroristas.

En efecto, tan terroristas como los irlandeses del IRA en los años 20 o los israelíes del Irgún en la década de los 40. En ocasiones, el terrorismo es la continuación de la política por otros medios; en caso de salir vencedores, los terroristas pasan a considerarse patriotas y héroes por la libertad. Enfrentado a un enemigo infinitamente superior, sin ejército, aviación ni armada, Hamás sólo puede recurrir a tácticas de guerrilla urbana y acciones terroristas. Pero, desde luego, no fueron los primeros en utilizarlas en ese pequeño rincón del mundo. Antes de conseguir el premio Nobel de la Paz, Menajen Beguin, uno de los padres de la independencia de Israel, fue el principal cabecilla del Irgún, el brazo armado de la independencia israelí, que jamás dudó ni un segundo a la hora de usar cualquier método para luchar contra el dominio británico y aterrorizar a la población árabe. Entre sus numerosas acciones asesinas, estos luchadores por la libertad dinamitaron el hotel Rey David en Jerusalén el 22 de julio de 1946, con un saldo de más de 90 víctimas. “Uno de los peores crímenes de la Historia”, dijo Churchill, que no era precisamente simpatizante de los palestinos. El 9 de abril de 1948, fuerzas del Irgún (lo que hoy, si fuesen palestinos, se llamarían terroristas) masacraron la aldea árabe de Deir Yassin, a unos cinco kilómetros de Jerusalén, exterminando a más de 100 aldeanos indefensos. Esta matanza, repudiada por diversos grupos israelíes, provocó una carta de denuncia de intelectuales judíos, encabezados por Albert Einstein, en que acusaron al Herut de utilizar métodos fascistas.

Argumento no. 2 – Israel es la única democracia de la zona.


Afortunadamente, habría que decir, ya que la democracia es una palabra mágica que, al parecer, es la panacea para todos los males. En el caso de Oriente Medio, la tan cacareada democracia hebrea no puede ser excusa ni patente de corso para justificar la masacre que cada cierto tiempo su ejército lleva a cabo en Gaza. También Hamás ha sido ampliamente reconocido en sucesivas votaciones por la población palestina y mucha gente parece olvidar que Hitler se hizo con el poder gracias a procedimientos democráticos. Por otra parte, habrá que recordar que, entre otras acciones nefandas, el muy demócrata Estado de Israel fue uno de los poquísimos países, junto con los Estados Unidos, que apoyó y defendió públicamente el repugnante régimen racista del apartheid sudafricano. Tal vez porque tenían un aire de familia.

Argumento no. 3 – Israel sólo quiere vivir en paz.


Palmariamente falso. Al parecer, según sus propagandistas, Israel no hace más que responder ante los reiterados ataques de los terroristas palestinos. En realidad, la situación es justamente la contraria: Israel es un Estado agresor, imperialista, invasor y por completo fuera de la legalidad internacional al menos desde 1967, fecha desde la que sigue expandiendo impunemente sus fronteras ante la pasividad de la comunidad internacional y la impotencia de sus víctimas: los palestinos. Bajo la bandera de la civilización, Israel no ha hecho otra cosa más que invadir, ocupar y colonizar enormes franjas de territorio palestino, expulsando a la población autóctona de sus tierras y condenándola al exilio, la servidumbre, la aglomeración, la miseria y, por supuesto, el odio.

Argumento no. 4 – Hamás quiere la destrucción de Israel.

La asimetría esencial entre los objetivos finales de uno y otro contendiente (Hamás quiere la destrucción de los judíos; Israel sólo pretende asegurar su supervivencia) no se corrobora con la abrumadora superioridad militar israelí y la obscena diferencia de víctimas entre uno y otro bando. En Israel (una sociedad tan sensible donde aún sigue prohibida la música de Wagner por el dolor que pudiera causar a los supervivientes del Holocausto) abundan los mensajes, discursos y pintadas que piden a gritos el genocidio entero del pueblo palestino. Estos días está de moda una camiseta en la que se ve a una mujer palestina embarazada en un punto de mira con la leyenda: “Mata dos de un solo tiro”. Para hacer este mensaje genocida más explícito la semana pasada, la diputada del Parlamento israelí Ayelet Shaket, del partido radical Hogar Judío, escribió que las madres palestinas “deberían desaparecer junto a sus hogares, donde han criado a estas serpientes. De lo contrario, criarán serpientes más pequeñas”. Añadió: “El pueblo palestino ha declarado la guerra a Israel, y con guerra hay que responder. Basta de referencias oblicuas: esto es una guerra contra el terror, no una operación, no una estrategia de baja intensidad. Las palabras tienen su significado”. En efecto, las palabras tienen su significado y detrás de éstas no hay más que uno: el exterminio del pueblo palestino.

Argumento no. 5 – Israel sólo ataca objetivos terroristas.


Otra mentira obscena, flagrante y tan grotesca que sería cómica si no fuese trágica. Entre los muchos bulos que hace correr la propaganda israelí está la leyenda de que el ejército avisa con una pequeña detonación en el tejado de los edificios donde supuestamente se alojan terroristas, una advertencia a los habitantes del inmueble para que lo desalojen antes de la explosión definitiva. Caso de ser cierta, que no lo parece, esta medida sólo funcionaría con terroristas sordos. Por otra parte, son innumerables los reportajes y fotografías de la prensa internacional que han revelado al mundo el salvajismo homicida del ejército israelí: barriadas enteras pulverizadas, niños ametrallados en la playa, edificios reducidos a escombros, un colegio de discapacitados arrasado, docenas y docenas de bebés muertos, un joven ensangrentado llorando con su madre agonizante en los brazos, el cadáver de un niño decapitado y un interminable etcétera de espanto. Una nota más: ayer lunes el ejército israelí estaba atacando el hospital Al Aqsa de Gaza, abarrotado de civiles heridos, y ametrallando específicamente las ambulancias que intentaban evacuar a los heridos al vecino hospital de Shifa.

Argumento no. 6 – Criticar la política militar de Israel es señal de antisemitismo.


Es el acto reflejo en cualquier discusión sobre la masacre palestina. Da igual la anterior trayectoria intelectual del etiquetado o la mayor o menor consistencia de sus argumentos: en el momento en que esboce el menor reparo a la brutal política de agresión israelí, inmediatamente será enviado al cajón de los antisemitas y equiparado al mismo rango de los sacerdotes católicos que culpaban a los judíos de la muerte de Cristo, de los reyes y príncipes cristianos que recluyeron a los judíos en ghettos y los expulsaron de sus tierras, y, por supuesto, de los genocidas nazis que pusieron en marcha el Holocausto. Para desmontar este burdo marchamo basta recordar que el pueblo judío no es Israel, que buena parte de Israel no comparte las ideas genocidas de la extrema derecha israelí y que multitud de judíos (artistas, intelectuales, científicos, políticos y ciudadanos de a pie) también han criticado la bestialidad sanguinaria que el ejército hebreo lleva décadas cometiendo con el pueblo palestino. Unos pocos entre los últimos que se han sumado a estas críticas: la periodista Naomi Klein, que advierte de que toda la economía israelí depende de la industria militar, y los historiadores Yakov Rabkiv, que califica la campaña israelí en Gaza de “masacre”, e Ilan Pappé, que prefiere directamente el término “genocidio”.

La noticia es ésta: El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, se abstuvo de condenar la ofensiva militar israelí en Gaza.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió hoy a Israel que muestre "contención" en sus ataques en la franja de Gaza y que tenga tener en cuenta más a la población civil, a la vez que hizo una clara condena de los cohetes lanzados desde Gaza contra territorio israelí. "Reconozco la legitimidad que tienen ustedes a la hora de defenderse, pero les pido contención en su respuesta", dijo Ban en una breve comparecencia en Tel Aviv junto al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y que tuvo lugar en una sala llena de restos de cohetes palestinos y planos de túneles que Hamás ha construido en la franja. Ban, que ha llegado este martes a Israel para tratar de impulsar un alto el fuego después de 15 días de intensos bombardeos mutuos, se abstuvo de condenar la ofensiva militar israelí en Gaza, pero sí lo hizo con los lanzamientos de cohetes palestinos.

http://www.20minutos.es/noticia/2199936/0/kerry-apuesta/plan-egipcio-gaza/onu-pide-contencion-israel/



Martes 22 de Julio de 2014
Israel bombardeó la sede del canal Al Yazira y de la agencia AP en Gaza

Hasta el momento, la incursión militar israelí causó la muerte de 584 palestinos, en su mayoría civiles. De esta cifra, 121 son niños. Los heridos llegan a 3.640.

 Mirá el video.
http://www.lmcordoba.com.ar/nota/172994_israel-bombardeo-la-sede-del-canal-al-yazira-y-de-la-agencia-ap-en-gaza

JERUSALEN - El Ejército israelí realizó hoy más de 187 incursiones contra supuestos "objetivos terroristas" en el marco del operativo que lleva a cabo en la Franja de Gaza, aunque entre ellas hubo gran cantidad de blancos civiles y fueron destruidas las oficinas del canal qatarí de televisión Al Jazira y la agencia de noticias AP.

Hasta el momento, la incursión militar israelí causó la muerte de 584 palestinos, en su mayoría civiles.

De esta cifra, 121 son niños. Los heridos llegan a 3.640.

Por su parte, al menos dos soldados israelí­es murieron hoy en sendos combates nocturnos, elevando a 27 los que perdieron la vida en la operación militar contra el Movimiento de Resistencia Islámico Hamas en la Franja de Gaza, que hoy entró en su decimoquinta jornada.

El número de incursiones fue revelado por las Fuerzas Armadas israelíes en un comunicado, donde precisa que más de un centenar de los objetivos alcanzados estaban en el barrio Shayahía del este de la capital de Gaza.

Entre estos objetivos enumera lanzaderas de cohetes ocultas, instalaciones para la manufactura de armas, complejos militares, lanzaderas de misiles y de cohetes tierra-tierra.

Desde el inicio de la incursión terrestre, el pasado jueves por la noche, el Ejército israelí alcanzó más de 1.715 "sitios terroristas", según reza el comunicado castrense.

Asimismo, desde la medianoche al menos 25 cohetes y proyectiles fueron disparados desde Gaza contra Israel, 14 de los cuales cayeron en suelo israelí, una decena fueron interceptados por las baterías antiaéreas, y uno en territorio palestino.

En síntesis : Estamos hasta las bolas.

Mas información:
Copiar/pegar 

http://insurgente.org/index.php/2012-04-11-10-03-53/mundo/item/12217-maya-wind-militante-por-palestina-en-jerusal%C3%A9n-la-violencia-de-hamas-es-una-resistencia-a-nuestra-ocupaci%C3%B3n

http://blogs.20minutos.es/blog-solidario-cooperantes/2014/07/22/gaza-la-mayoria-de-las-victimas-son-civiles-y-la-mitad-de-los-ingresados-en-urgencias-son-ninos/

domingo, 20 de julio de 2014

Cuántos niños tiene que matar Israel


¿Cuántos niños tiene derecho a matar Israel para vengarse?

20jul 2014




El tablero global
Carlos Enrique Bayo

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Que hay víctimas mortales de primera y muertos de segunda (y de tercera, de cuarta…) ha quedado trágicamente patente este domingo con el tratamiento informativo de las matanzas de civiles en Gaza.

La práctica totalidad de los medios de comunicación occidentales abrieron sus portadas o telediarios con la situación en Ucrania oriental tras el derribo de un avión de pasajeros tres días antes, mientras dejaban en segundo lugar la masacre de civiles cometida por el Ejército israelí en el barrio Shayahía de Ciudad de Gaza. En TVE incluso se calificó como “batalla” el bombardeo masivo de la Aviación contra un vecindario superpoblado, que mató a más de 80 inocentes, en su mayoría mujeres, niños y ancianos.

Largos espacios de televisión e innumerables páginas escritas se dedicaron a narrar la tragedia de los familiares y amigos de los fallecidos en el vuelo MH-17. Pero las breves crónicas de los enviados especiales a la Franja, periodistas que trataban de sintetizar el horror de la catástrofe humana a su alrededor, eran las únicas denuncias de la atrocidad que Israel estaba cometiendo en ese gigantesco campo de concentración al aire libre. Y ningún medio se detuvo a narrar las trágicas historias personales de las familias mutiladas por ese crimen de guerra. Las víctimas palestinas no eran más que frías cifras, únicamente números de daños colateralesen una operación militar defensiva.

Que el derribo del Boeing 777 de Malaysian Airlines fue una monstruosidad nadie lo puede negar. Sin embargo, todo indica que el lanzamiento del misil que lo derribó fue un fatal error de los que en ese momento manejaban baterías antiaéreas en una zona de guerra cuyo espacio aéreo debería haber sido cerrado mucho antes a los vuelos comerciales.

En cambio, la lluvia de fuego que cae incesantemente sobre la población palestina desarmada e indefensa es premeditada y se descarga por orden de las más altas autoridades militares y gubernamentales de un Estado que se declara democrático… además de autoproclamarse “judío” y exigir que así lo reconozcan los palestinos que fueron expulsados de sus tierras para que el ocupante israelí estableciera allí su nación.

Esta terrible operación Margen Protector tiene su origen en el criminal secuestro y asesinato de tres adolescentes israelíes en un asentamiento judío de Cisjordania. Y la venganza del Gobierno de Israel ha sido tan desproporcionada y despiadada como siempre, hasta ser también criminal, porque en el fondo cree que la vida de un solo judío vale mucho más que la de cientos de árabes. Eso es lo que demostró en la anterior operación Plomo Fundido con la que causó en 2009 una inmensa catástrofe humana en la Franja, además de matar a unos 1.400 palestinos (más de la mitad de ellos civiles, incluidos cientos de niños y mujeres), para vengar la muerte de unos pocos israelíes (en realidad, en todo 2008 perecieron cuatro personas a causa de los cohetes caseros lanzados desde Gaza, aunque luego murieran otros 13 israelíes durante la ofensiva).

El informe del comité de la ONU encargado de investigar aquella atrocidad (no perpetrada por grupos terroristas o fanáticos armados, sino por el poderoso Ejército regular de un Estado de derecho), presidido por el juez surafricano Richard Goldstone, dictaminó que, durante Plomo Fundido, “crímenes de guerra y posiblemente crímenes contra la humanidad fueron cometidos por las Fuerzas Armadas israelíes”, que “violaron las leyes internacionales y la IV Convención de Ginebra”.

Aquello sacudió incluso las conciencias de muchos judíos, que asistieron atónitos al informe interno de las propias Fuerzas de Defensa de Israel y de la inteligencia militar, según el cual 1.166 palestinos resultaron muertos en la operación: supuestamente, 709 de ellos terroristas, 162 que podían o no estar armados, y 295 viandantes (80 menores de 16 años y 46 mujeres). “¿Es que el asesinato de alrededor de 300 civiles, incluyendo docenas de mujeres y niños, no constituye un motivo para penetrar en la búsqueda del alma de una nación?”, se preguntaba entonces el destacado periodista israelí Gideon Levy en las páginas de Público.

Pues parece que no. Más de cinco años después, ningún militar ni político israelí ha pagado por semejante carnicería, y el halcón Netanyahu –quien dimitió del Gobierno de Sharon por oponerse a la retirada de Gaza en 2005– se siente legitimado por su fiel aliado estadounidense para lanzar otra operación de castigo colectivo contra toda la población civil de una Franja sometida desde hace siete años a un bloqueo sólo comparable a los asedios de la Edad Media. Porque, además, con Plomo Fundido Israel destruyó totalmente el 22% de las instalaciones de agua corriente de la Franja y más de la mitad quedaron seriamente dañadas. Tras aquella invasión, sólo el 13% de las líneas telefónicas seguía funcionando. Miles de edificios de viviendas, escuelas y hospitales habían sido demolidos. El daño que Israel infligió con alevosía a cientos de miles de civiles inocentes fue descomunal.

¿Cómo pueden los aliados de Israel aducir que el Estado judío tiene “derecho” a perpetrar tamaña destrucción, a cometer semejantes matanzas de mujeres, menores y ancianos? ¿Cuántos niños se cree Israel con derecho a asesinar para vengarse de los atentados de Hamás?

Quizá encontremos la respuesta en este dato: desde septiembre del año 2000 hasta antes de que comenzase esta espantosa operación Margen Protector, las Fuerzas de Defensa de Israel ya habían dado muerte a 1.540 niños palestinos. Ahora, superarán la marca de 1.600 niños asesinados.

¡¿Cómo se atreven a hablar de “defensa propia”?!

(...) Aplicar a Israel un embargo militar integral...


EL MUNDO › CON LA FIRMA DE SEIS PREMIOS NOBEL DE LA PAZ, CHOMSKY, SIZEK Y ROGER WATERS

Intelectuales exigen embargar a Israel

Entre los firmantes se encuentra el Premio Nobel de la Paz de la Argentina, Adolfo Pérez Esquivel. Exigen “aplicar a Israel un embargo militar integral y legalmente vinculante, similar al impuesto a Sudáfrica durante el apartheid”.



Un grupo de destacados artistas, intelectuales y activistas de todo el mundo, incluyendo seis premios Nobel de la Paz, exigieron un embargo militar inmediato a Israel por su ofensiva en la Franja de Gaza.
“Hacemos un llamado a las Naciones Unidas y a los gobiernos de todo el mundo a tomar medidas inmediatas para aplicar a Israel un embargo militar integral y legalmente vinculante, similar al impuesto a Sudáfrica durante el apartheid,” señala el comunicado.
Entre los firmantes se encuentra el Premio Nobel de la Paz de la Argentina, Adolfo Pérez Esquivel, así como sus colegas Desmond Tutu, de Sudáfrica, Rigoberta Menchú, de Guatemala, Mairead Maguire, de Irlanda, Jody Williams, de Estados Unidos, y Betty Williams, de Irlanda del Norte.
“Israel ha desatado una vez más toda la fuerza de su ejército contra la población palestina cautiva –arranca el texto–, sobre todo en la sitiada Franja de Gaza, en un acto inhumano e ilegal de agresión militar. El actual ataque de Israel contra Gaza hasta el momento ha matado a muchos civiles inocentes, ha causado cientos de heridos y devastado la infraestructura civil, incluido el sector de la salud, que ya estaba gravemente deteriorado.”
Según destaca el comunicado de los intelectuales, “la capacidad de Israel para poner en marcha este tipo de ataques devastadores con impunidad proviene en gran parte de la vasta cooperación militar internacional y del comercio de armas que Israel mantiene con gobiernos cómplices de todo el mundo.”
También firmaron el texto el músico británico Roger Waters, la escritora estadounidense Alice Walker, el teólogo de la liberación brasileño Frei Betto, el sindicalista sudafricano Zwelinzima Vavi, su colega brasileño Joao Antonio Felicio, el filósofo esloveno Slavoj Zizek, el académico israelí Nurit Peled, el británico ex presidente del PEN Gillian Slovo y la escritora india Gita Hariharan.
“A partir de 2008, EE.UU. comenzó una ayuda militar a Israel que rondará 30 mil millones de dólares, mientras que las ventas militares anuales israelíes al mundo llegan a miles de millones de dólares. En los últimos años, los países europeos han exportado armas a Israel por valor de miles de millones de euros, y la Unión Europea ha financiado a las empresas militares y a las universidades israelíes con becas de investigación en el ámbito militar por un valor de cientos de millones de euros”, señala el comunicado.
Los intelectuales acusaron a los países emergentes de apoyar de palabra a Palestina mientras financian las campañas represivas de Israel. “Las economías emergentes, como India, Brasil y Chile, aumentan rápidamente su comercio y cooperación militar con Israel, a pesar de que afirman apoyar los derechos palestinos.”
Entre los firmantes también aparecen Federico Mayor Zaragoza, ex director general de la Unesco, de España; Chris Hedges, periodista, Premio Pulitzer 2002, de EE.UU.; Boots Riley, rapero, poeta, productor de artes, de EE.UU.; y Noam Chomsky, filósofo, analista político, de EE.UU.

http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-251141-2014-07-20.html

Señales contra la barbarie israelí


Aprueban norma para que los chicos no usen gomera


Los menores de 18 años tampoco podrán utilizar rifles de aire comprimido. Esperan que los niños dejen de jugar a matar. Habrá campañas educativas.


Preservación. Uno de los objetivos es evitar daños en la fauna silvestre (La Voz/Archivo).

Por Augusto Laros (Especial)

Laguna Larga. La propuesta de dos jóvenes para prohibir el uso de gomeras y rifles de aire comprimido a menores de edad se convirtió en ordenanza, luego de que los ediles la aprobaron por unanimidad. El debate duró un mes. El objetivo es evitar daños en la fauna, especialmente silvestre.
La singular norma rige para los vecinos de Laguna Larga, un pueblo de unos ocho mil habitantes, 56 kilómetros al sur de Córdoba capital. Según los impulsores del proyecto, en la localidad está arraigada la costumbre de usar las hondas para matar aves. “Los niños no deben jugar a matar. Creemos que con esto promovemos el juego sano y el deporte no violento entre los chicos”, consideraron Emanuel Vottero y María Avalle, autores del proyecto. Ambos participan en una protectora de animales, desde donde también fomentan acciones ecológicas.
La ordenanza prohíbe el uso de rifles de aire comprimido y gomeras a menores de 18 años. Además, señala que se realizarán campañas educativas sobre preservación de fauna y naturaleza en jardines, colegios primarios y secundarios de la localidad. “Con la prohibición no se logra nada si no se apoya con la educación, la difusión, y dando continuidad a lo largo de los años a todas estas acciones”, reflexionó Vottero.
También se colocarán carteles en la vía pública y en locales que comercialicen este tipo de armas para advertir sobre la nueva reglamentación.

MÁS INFORMACIÓN

Traen un trampero, se llevan una pelota
Esta no es la primera vez que Emanuel Vottero y María Avalle intentan generar conciencia ecológica en niños.


Esta no es la primera vez que Emanuel Vottero y María Avalle intentan generar conciencia ecológica en niños. Ya lo hicieron desde Huellitas, la protectora de animales en la que participan.
Desde allí probaron cambiar una pelota por un trampero para fomentar juegos menos violentos.
“Los chicos nos dejaban el trampero y nosotros les dábamos una pelota, además de folletos educativos sobre la preservación de las aves”, contó Emanuel. Consiguieron que muchos chicos se engancharan. “Con esta iniciativa logramos disminuir la cantidad de niños entrampando o con gomeras y empezamos a ver a más de ellos jugando a la pelota o andando en bicicleta”, aseguró.

Un mes de debate. El proyecto de prohibir el uso de gomeras y rifles se presentó un mes. En este período se debatió la norma, que generó una gran polémica en Córdoba.

Blog:
Ante la barbarie de los israelíes, esta es una señal :
Nosotros le enseñamos a nuestros hijos que LA VIDA ES SAGRADA .
LA VIDA ES SANTA.  Hay que protegerla. Así con los pájaros. Así con los niños.

De hecho, esta norma no alcanza a la prohibición de uso de gomeras por parte de los niños palestinos, que las tienen como única herramienta de defensa contra la maquinaria bélica mas potente del mudo.
Los israelíes están dejando una herencia sangrienta a sus descendientes. Sabemos que el que siembra vientos cosecha tempestades...
                                                  

                                                043-No sé por que piensas tú -Aire bailecito-Horacio Guarany-Nicolás Guillén by Los Fronterizos on Grooveshark 

                            

sábado, 19 de julio de 2014

Otra vuelta de Sabina

“Todo lo que ha ocurrido lo he vivido como un nuevo rico sentimental”
El cantautor y poeta Joaquín Sabina habla desde la cocina de su casa en Madrid

 
Joaquín Sabina, retratado en su casa de Madrid. / SAMUEL SÁNCHEZ

Nació en Úbeda (Jaén) el 12-2-1949 y volvió a hacerlo en 2001, tras superar un ictus. Se ha dedicado a cantar, a escribir y, sobre todo, a vivir.

A punto de hacer las maletas hacia el cono sur, con gira en Argentina, Uruguay, Paraguay y Perú, Joaquín Sabina, patrón del navío de las gargantas rasgadas, poeta de la tiniebla en la acera urbana, socarrón de nuestras plausibles desgracias, nos recibe en la cocina de su casa y esgrime encima de la mesa un whisky que parece cuádruple a la una de la tarde y un batallón de Ducados por encender para alumbrar con humo la conversación…

Pregunta. ¿Y la salud?

Respuesta. Mejor que hace años, todo más controladito y eso.

P. ¿Controladito? ¿Con este arsenal?

R. Esto del tabaco y la copa es solo cuando doy entrevistas, porque si no ando lúgubre y adormecido a estas horas de la mañana. El whisky tiene mucha agua, eh. Estoy mejor que hace ocho o diez años, tengo un principio de enfisema, como es normal, y algo de lo que no se muere uno, hernia de hiato. Pero no tengo colesterol.

P. Tan sano que se vuelve para América.

R. Me he inventado como excusa algo que está muy de moda entre músicos de mi quinta: elegir el disco que más te gusta, cantarlo entero y luego ofrecer algunos temas que solemos interpretar poco. El elegido es19 días y 500 noches, el único cuyo 90% del total sigue vivo, a mi juicio.

P. Debió de sufrir para parir ese disco. ¿Le va el sadomaso a la hora de componer?

R. También disfruté de lo lindo. Fue, como diría Gil de Biedma, el último verano de mi juventud. Conseguí alargarla de manera suicida hasta los 50. Inmediatamente después vino el ictus… Fue la última vez en que me podía tirar tres noches sin dormir escribiendo la misma canción.

P. Después del ictus llegó la nube negra. ¿Se fue por completo?

R. Me recuperé muy rápido, vino la euforia y después una depresión. Rara… No me quería morir, pero tampoco ver a nadie. No salía del dormitorio. Tampoco abría la puerta. Ese tipo de bajones quedan ahí agazapados. Sigues viviendo y sabes que llevas dentro un enemigo que en cualquier momento enseña las uñas. Un día, Luis García Montero, mi amigo poeta, llegó a mi casa de Rota con una letra y me dijo: “¡Mira, cabrón, esto es lo que deberías estar escribiendo en lugar de andar ahí escondido!”. De ahí salió la canción, con esa belleza de texto.




P. ¿Qué esperaba usted de la vida? ¿Con qué derecho se metió en una habitación?

R. A mí me emocionó mucho escuchar el otro día a Pepe Mujica, presidente de Uruguay. Contó que cuando estaba en una celda de aislamiento, lo que echaba de menos era que no le dejaran leer. Yo, mientras estuve deprimido estuve leyendo. Con un libro entre manos, sabes que no estás solo.

P. Tiene aquí usted un museo impactante en su cocina con las fotos: del rey Juan Carlos a Fidel Castro pasando por el Dalai Lama cabe todo. ¿Mitómano?

R. A Fidel lo conozco mucho.

P. ¿Y qué me cuenta de él?

R. Que las revoluciones envejecen como las personas y algunas lo hacen mal.

P. ¿Le ha dicho eso a la cara?

R. No, a él no, porque hace 10 años que no lo veo, pero sí se lo diría. Le solté algunas barbaridades y él parecía encantado de que se las dijera. Le pregunté si los cubanos le hablaban como yo y respondió: “Generalmente no”.

P. ¿Se veía con 30 años como ahora?

R. Yo no tenía ningún proyecto. Y si lo tenía no era este, sino algo mucho más abarcable: ser profesor de literatura de enseñanzas medias en un instituto machadiano. Durante los fines de semana escribiría miUlises, como Joyce, una obra que no iba a entender nadie pero que me iba a dar mucho prestigio. Nada que ver con lo que ha pasado.

P. ¿Ni cuidarse la voz?

R. Eso sí, yo antes me pasaba las noches en los bares y eso era lo que me destrozaba absolutamente, ahora no grito, no hablo entre concierto y concierto y sé muy bien cuál es mi tesitura para no quedar afónico. A mí me gustaba estar solo en tres o cuatro lugares donde nadie me molestaba, escribiendo. Eso se acabó.

P. ¿No se ha construido usted una leyenda a medida en dicho sentido? Dígame una canción que le saliera redonda a las tres de la mañana frente a una barra.

R. La respuesta correcta es el 80% de todas.

P. ¿Rodeado de…?

R. Drogas blandas y mujeres duras… O con la complicidad de dueños de locales que me pasaban una copita y un canuto mientras escribía. Pero no he hecho de eso ni una lírica, ni una épica, ni una leyenda, simplemente me gustaba y lo he venido practicando desde los 18 años junto a gente que venía de trabajar y se dirigía a lugares que tenían más que ver con la transgresión que con la familia, el municipio o el sindicato.

P. ¿Cuál de los trabajos de supervivencia le marcó más?

R. Trabajos normales, muy pocos. Antes de descubrir en Londres que cantando y pasando la gorra se ganaba más que limpiando platos, pues… Uno que tuve, no exactamente de enterrador, pero sí en un hospital. Cada vez que se moría alguien ibas, lo peinabas, le dabas un puntito de maquillaje y lo metías en el frigorífico hasta que llegara la familia. Ahí aguanté tres o cuatro meses porque daban habitación.

P. Londres le pega muy poco. ¿A qué se largó allí?

R. Pues fueron los años más importantes de mi vida. Estuve entre los 20 y los 27 y no sería cantante de no haber pasado por eso. Sin embargo, no aparece en mis canciones y si lo hace, no se nota. Como mi pueblo, Úbeda, territorio mítico de la infancia.

P. Un homenaje suyo se merecería. ¿A qué ese rechazo?

R. No es rechazo. En ciudades así, la vida era muy triste. Lo que me pasó a partir de entonces fue mucho más aprovechable. Todo lo que me ha ocurrido lo he vivido como un nuevo rico sentimental.

P. ¿Sigue desvelando la frase que le dejó su padre antes de morir?

R. Sí. Se incorporó y dijo: “¿De dónde sacarán tanto dinero las diputaciones?”. He dedicado mi vida a desentrañarlo pero me voy a morir como él, sin enterarme.

P. Aparte de eso, ¿qué le debe a su padre?

R. Pienso mucho en ello: creo que cierta bondad y afición a los libros. Él era un poeta de campanario, de esos que recitan en bodas y entierros, todo muy bien rimado y sin mucha sustancia. Había sido seminarista.

P. Y policía.

R. Esa sí es una gran historia. Del seminario lo saca la República y se pasa al lado franquista. Estaba solo y nadie le escribía. No había conocido hembra. Pero había una institución de la Falange, Las madrinas de guerra, señoritas de familia que escribían cartas y mandaban chorizos a los pobres soldados que luchaban por Dios y por España en el frente. Mi madre estaba al borde de ser una solterona, la convencieron a través de un hermano, amigo de mi padre, para que le escribiera cartas y de ahí vengo yo.

P. ¡De una relación epistolar! Papel y tinta hecha carne. ¿Un niño modélico?

R. No fui especialmente desobediente hasta que les di el disgusto de exiliarme a Londres. Aunque primero pasé por Granada y a eso debo mucho; empecé a ver poetas de verdad, izquierdosos de verdad, chicas que hasta se dejaban tocar, incluso de verdad.

P. ¿Le traumó el sexo?

R. Me gustó mucho, eso no duele, sólo si te lo quitan de mala manera.



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