Mitos
usuales sobre la economía
¿Qué es un mito?
Un mito es un relato tradicional basado en antiguas creencias de diferentes comunidades y que presenta explicaciones sobrenaturales de hechos o fenómenos naturales.
Desarrollos recientes en
la economía mundial refutan a diario mitos que circulan ampliamente en la
región y el país como verdades absolutas. Entre ellos.
1. Se debe desregular para potenciar la economía
Un jurado federal encontró responsable a otro gran banco, The Bank
of America, por prácticas fraudulentas en el mercado de hipotecas antes de la
crisis del 2008/9. Los fiscales piden 849 millones de dólares de sanción, y acusaron
criminalmente a uno de los operadores.
Las Justicias de Gran Bretaña, EE.UU., Suiza y Hong Kong están
investigando a operadores de cinco bancos líderes de dichos países por
manipular operaciones de cambio, un mercado que genera cinco trillones de dólares
diariamente. Por lo pronto los bancos han puesto en vacaciones forzadas a doce
de sus operadores.
Prosigue la investigación judicial sobre la adulteración
deliberada de la tasa Libor, la tasa de referencia de gran parte del sistema
financiero mundial. Se acuerdan, en base a ella, 30 trillones de dólares de
préstamos y el 70 por ciento de las operaciones a futuro. Han aceptado ya su
responsabilidad dos bancos líderes, uno inglés y otro holandés, y prosiguen las
investigaciones sobre otros doce. El presidente del organismo regulador de
EE.UU., Gary Gensler, dice que las maniobras para falsear los datos en favor de
las ganancias para los bancos llevaron a que “la tasa Libor sea ficción más que
realidad”.
Todo esto, más otras operaciones similares, fueron posibles por la
desregulación de los mercados parafinancieros. Llevó a las burbujas de
hipotecas basura, y derivativos basura, y fue fundamental en la gran crisis
económica del 2008/9, que hizo caer la economía mundial y aún continúa. Los
intereses en juego siguen oponiéndose a ella y practicando un activo lobby para
impedir que las nuevas regulaciones sancionadas se apliquen en la práctica.
Uno de los principales ideólogos de la desregulación, Alan
Greenspan, presidente de la FED
durante años, señala (The Financial Times, 27/10/13) respecto de las fallas de
los modelos predictivos aplicados: “El modelo falló. El modelo de la FED falló, el del FMI falló,
estoy seguro de que el del Goldman Sachs también se equivocó”.
Declara que “hay un problema tramposo que no sabemos cómo
solucionar, y sobre el que ni siquiera hablamos, que es el ascenso inexorable
de lo que significan las finanzas, y los seguros sobre las finanzas, sobre el
producto bruto”. Está aludiendo a la financialización de la economía mundial.
Se sorprende con que “esperábamos que con la crisis de 2008 ello cambiaría, y
bajó por un pequeño tiempo, pero después volvió a pesar del hecho de que las
finanzas tienen una terrible reputación”. Su entrevistador Gillian Tett resalta
que “está desencantado con Wall Street y con los extremistas del libre mercado
financiero, no obstante haberlos defendido durante muchos años”.
La realidad muestra que es imprescindible un Estado que regule
activamente, en protección del interés colectivo.
2. La austeridad paga
Se trataría de una cuestión de paciencia histórica. Los pueblos
deben entender que las políticas de austeridad los van a conducir finalmente a
economías pujantes y estables. Han pasado más de cinco años de su aplicación en
Europa y el sufrimiento prosigue pese a los “cantos de sirena” sin evidencia
empírica.
Según los últimos datos de EuroStat, la tasa de desempleo en los
17 países de la Eurozona
es 12,2 por ciento. En España es 26,6 por ciento y en Grecia 27,6 por ciento.
Recientes estudios de la
Universidad Bocconi de Milán y de la Universidad de
California muestran que los costos de los gruesos ajustes en el gasto público
llevaron a caídas abruptas de la actividad económica en todos los lugares donde
se están aplicando, creando círculos económicos viciosos que se retroalimentan.
Fueron buenos para los grandes acreedores, muchos actores clave de la
financialización, pero fatales para la gente y la economía.
Entre muchos otro casos, relata The New York Times (1/11/13),
Argyris Athanassiuss, 24 años, se graduó de economista en la Universidad de Atenas,
hace dos años. El único trabajo que consiguió es cuidar a los bebés de amigos
de sus padres, que se condolieron de él. Thanasis Stamatapoulos, 46 años,
vendedor en un comercio de artículos eléctricos, fue despedido hace un año.
Dice: “Todos despiden, nadie toma. Me presenté en la panadería de mi pueblo, me
rechazaron”.
La “Austeritis” tiene asimismo costos gravísimos en términos de
racismo y xenofobia. Crecen los partidos neonazis en Grecia y Hungría y la
extrema derecha en Francia. Su consigna, “la culpa la tienen los inmigrantes y
las minorías”, está prendiendo en sectores desesperados de la población.
La ola delirante de persecución a los once millones de gitanos lo
testimonia. Como en la Edad
Media , se ha difundido la brutal versión de que “raptan
niños”. La policía de Irlanda sacó dos niños gitanos de sus hogares para
tomarles el ADN. Los devolvió porque daba que sus padres eran legítimos.
Gergely, director de una organización que defiende los derechos humanos de los
gitanos, dice ante los atropellos: “Imaginen si los chicos fueran morenos y los
padres blancos. ¿Los hubieran sacado de sus familias?”.
3. Las políticas públicas antipobreza no dan resultado
El mito repite en América latina y otros lugares que son mero “asistencialismo”.
Que son un dispendio de recursos y favorecen la indolencia.
La promercado revista británica The Economist muestra (26/10/13),
por el contrario, los efectivos resultados de los programas de transferencia
condicionada que, señala, “aparecieron en primer lugar en América latina y se
extendieron alrededor del mundo”.
Las evaluaciones son contundentes, y de allí su diseminación
internacional. Bolsa Familia, de Brasil, protegió en los últimos 10 años a más
de 50 millones de pobres. Los hijos de las 13,8 millones de familias
beneficiadas mejoraron sus tasas de aprobación escolar, y redujeron las de
deserción, por encima de los promedios del país.
En ambos casos, más otros en la región, la política pública
concentró sus aportes en la madre, y exigió a la familia asegurar la
escolaridad y las exigencias en salud.
Las familias respondieron. Los recursos están siendo invertidos,
de acuerdo con todas las observaciones practicadas, en bienes imprescindibles.
Las madres son administradoras ejemplares. Se crea además un círculo virtuoso.
Los bienes se compran en pymes que a su vez emplean y demandan.
En ambos programas, y otros similares, hay un énfasis en integrar
finalmente al mercado de trabajo, con avances considerables.
¿Por qué la proliferación de estos y otros mitos? ¿A quién le
conviene que el Estado sea débil y no regule, que se sigan aplicando las
políticas de austeridad, a pesar de sus impactos regresivos, y desacreditar
sistemáticamente políticas públicas sociales, aunque den claros resultados?
Las cifras hablan. En la actual economía mundial, la participación
del uno por ciento más rico sigue creciendo, con fuerte base en la
financialización de la economía, las operaciones monopólicas y el
debilitamiento del Estado.
La participación ciudadana ha abierto en América latina otros
caminos derrumbando mitos. Hoy más del 55 por ciento de la población de la
región vive en países que están practicando reformas sociales profundas, y
están avanzando en otros.
Hay mucho más por hacer, pero el 99 por ciento está en control
creciente de su destino.
* La más reciente obra del autor, Etica para empresarios, ha sido
publicada en inglés y está en proceso de publicación en mandarín, en China.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario