3 mitos griegos y una ausencia
La Europa armada de capital y desposeída de alma tiene toda la munición para romper, aplastar y demonizar a una Grecia herida de muerte y asaeteada con la más dura y planificada depauperación de su sociedad. Como golpes emergen los aprendizajes, que son los cardenales en el machacado cuerpo griego, los suicidios en Sintagma, los chantajes que se extienden sin fin como un laberinto vivo y automutable. Sobre Grecia se construyen nuevos mitos que conviene esclarecer a fin de manejar más razones para el cambio.
1. Lo urgente es devolver. Aun asumiendo la falacia que sitúa a Grecia como único responsable del origen de su deuda con los acreedores europeos, parece del todo incomprensible que en la situación de Grecia, el tema principal, lo realmente urgente, sea resarcir la deuda con los acreedores europeos. A la luz de los datos de la realidad helena que muestran hasta qué punto la economía europea es un acto denodado de guerra que está provocando miles de muertos y el debilitamiento de la idea de democracia, lo que resulta urgente es crear un plan de emergencia humanitaria y un proyecto internacional de liberación de este país de aquellas fuerzas que enseñoreadas del artefacto político que es la UE, han destruido la soberanía y la capacidad de recuperación de los helenos.
2. El problema son las negociaciones. El enmarcado de razonamiento propuesto por la UE ha sido devorado por unos medios generalistas que en su abrumadora mayoría son voceros acríticos al servicio de parte. Desde esa proyección artificializada de la situación griega, el problema aparece como un escollo metodológico en el que la “prepotencia de los empobrecidos” bloquea y rompe el proceso de negociación. Los acreedores aparecen como víctimas pacientes pero agotadas ante unos indómitos espartanos que no atienden a razones. Pues bien, hay que decirlo claramente: el problema no es el método, aunque es claro que este método no es neutral. El problema no son las negociaciones. El problema son las políticas de rapiña europea que utilizan la escenificación de las negociaciones para criminalizar y tensionar más a los representantes del pueblo griego.
3. La violación de derechos humanos es rentable. La “plasticidad” económica del empobrecimiento griego ya alcanzó los límites, no sólo de la dignidad, sino también de poder seguir siendo objeto de saqueo. En sus incursiones piratas, hasta los vikingos, que nunca fueron especialmente diestros en el uso de la inteligencia y la diplomacia, tenían en cuenta que no podían saquear constantemente una misma ciudad porque así no dejaban ninguna capacidad de recuperación y acumulación de ese núcleo. El FMI y la Troika están golpeando desde la visceralidad más embrutecida a un púgil cuya sangre ya apenas puede ser vampirizada. La violación de derechos humanos soportada por el pueblo griego es un claro ejemplo de la falta, no sólo de ética, sino de inteligencia de los mercados y sus dueños.
4. La ausencia. Y ante todo lo que está ocurriendo, ¿dónde está la voz de la socialdemocracia? ¿Qué narrativa diferente está articulando? Preguntas de verano herido en el invierno de una ideología fracasada. La socialdemocracia europea, si es que aún se la puede llamar así, no está dormida, está entregada y comparte de manera activa las políticas macroeconómicas que están asesinando a la sociedad griega. El turnismo nunca fue alternativa, sino la muleta de un sistema que precisa seguir generando la ilusión de pluralidad. El nivel de contradicción del epicentro ideológico y económico europeo es de tal magnitud que no es arriesgado decir que Alemania necesita de la miseria de otros países para seguir manteniendo su socialdemócrata estado de bienestar. Hollande se agacha. Sánchez sonríe. Muchos tienen la conciencia limpia… de no usarla.
Nota:
JOSÉ VICENTE BARCIA
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