Pero hubo dos.
Tenés que saber esto para sumarte al homenaje que se merece, supongamos...nada mas que por esto:
En ese minuto Diego Maradona recibió, dentro de su propio campo y cerca de la mitad de cancha, un pase del mediocampista de River Plate Héctor “Negro” Enrique. En ese instante el jugador nacido en la pobreza de Villa Fiorito se aprestaba a entrar en la historia. Sin apenas levantar la cabeza y con el balón pegado siempre a sus pies, Maradona se fue en pos del arco inglés, eludiendo a cinco jugadores ingleses (Hoddle, Reid, Sansom, Butcher y Fenwick). Tras acercarse al área chica inglesa, y cuantos todos pensaban que iba a rematar de inmediato al arco, Maradona se enfrentó al portero Peter Shilton. Cuando el arquero salió a cortar su avance, Diego lo amagó y, con el arco a su disposición y casi cayéndose, mandó la pelota al fondo de la red. El estadio estalló de admiración, mientras millones de televidentes en todo el planeta no podían dar crédito a lo que acababan de ver.
Fue un golazo de antología, una verdadera obra maestra ejecutada por un genio, tal como lo inmortalizó el relator uruguayo Victor Hugo Morales en su famoso relato para la televisión argentina:
EL NEGRO ENRIQUE ES "BUENA ONDA"
TOCALA OTRA VEZ NEGRO, TOCALA OTRA VEZ...
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