"No se trata de ganar o perder, sino de cómo juegas"
Este pensamiento podría hacernos recordar a personas como Marcelo Bielsa.
O puede venirnos a la memoria gestos de Victor Hugo Morales.
Nicolino Loche, tal vez... para gente que recuerda aquella época del boxeo en blanco y negro.
Esta última frese me arrastra como si fuera una metáfora. Había un boxeo que manifestaba la
preponderancia de negros o blancos. Yo hablaba de la tele, que todavía no tenía colores.
Pero el boxeo era también un combate que se desarrollaba con una extensión de asaltos fuera
del cuadrilátero. Toda la vida de Muhammad Alí es un largo combate adentro y afuera del ring.
Hay notorios ejemplos de actitudes de vida. Y el juego, puede no tratarse de prácticas deportivas.
John Lennon expresba algo parecido:" La vida es lo que te sucede mientras estás ocupado en otros
planes".
Hay acontecimientos que nos ponen " contra las cuerdas" - hablando de boxeo-. Situaciones que pueden "sacar" de nosotros lo mejor, o lo peor.
La vida suele ser también una serie continua de asaltos a todo o nada, con algunos respiros para
descansar y sanar las heridas. Viéndolo de este modo no parece un juego simple o una justa deportiva.
Lo cierto es que entre cada round, tenemos la oportunidad para escuchar el sincero aliento de nuestro
ayudante de campo y sus recomendaciones. Valernos de instantes de reflexión para acomodarnos de nuevo al combate, sabiendo cuales errores estamos cometiendo y valorando en justa medida la estrategia del contrincante. Algo así como ver en su verdadera dimensión aquello a lo que nos estamos enfrentando.
Tener un objetivo claro, puede ayudarnos a encarar el próximo asalto aún a pesar de encontrarnos en desventaja.
Podemos plantearnos circunstancias no tan extremas. Momentos agradables. Transcurrires soleados
en verdes primaveras, o tranquilos inviernos melancólicos y nublados.
Aún en esos tiempos, este pensamiento nos invita a preguntarnos si lo estamos haciendo bien.
Hay quienes tienen "estilo". Los que no pierden la compostura. Quienes mantienen su actitud heróica o su prestancia altiva. Dijera Serrat:
De vez en cuando la vida afina con el pincel: se nos eriza la piel y faltan palabras para nombrar lo que ofrece a los que saben usarla.En algún momento, tuvimos una imagen cristalina como dentro de un sueño, que nos mostraba el camino y la forma de caminar. Nuestra cosa particular; lo que queríamos que fuere inherente de nosotros mismos. Quiero decir, aquello que es único en el universo y que nada ni nadie puede vivir por nosotros. Sino, nosotros mismos.
Esta cuestión interior, nos "asalta" cada tanto como reprochando el valor de nuestras acciones. Y nos ocurre mas a menudo, en aquellos días solitarios y cansinos. A veces en medio del aburrimiento de esas tardes irremediablemente largas.
En el fragor del combate surge espontáneamente esa especie de destreza, mezcla de lo que acumulamos por experiencia y los manotazos de ahogado.
Nos sale como podemos. Reaccionamos no siempre dominando nuestros impulsos y hasta superando miedos y debilidades que creíamos parte inseparable de nuestras acciones.
Pienso en Demian de Hermann Hesse:
“Quería tan sólo intentar vivir lo que tendía a brotar espontáneamente de mí. ¿Por qué había de serme tan difícil?”
Recuerdo esto ahora, porque fue mi libro de cabecera en la adolescencia y esta reflexión me acompañaba en unas repetidas caminatas nocturnas a solas con mi sombra.
Desde el comienzo es una de mis canciones preferidas. (Sino la que toca las cuerdas mas íntimas de mi corazón). Puede que en la letra le hable a su pareja o a otra entidad. De hecho, las letras de este tipo de canciones, como los poemas, se pueden referir a otras personas pero se escriben en soledad. Ensimismados en un territorio que es propio e intransferible. Lo que queda expresado es como lo que representan las tiras largas de un electrocardiograma.
No intentaba ponerme en moralista. Esto es algo introspectivo. Es mas un combate contra la melancolía. Mi mas duro rival. Siempre gana por nocaut.
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