Revista VENTITRES 26.12.2012
CÓRDOBA.
HUGO VACA NARVAJA, ABOGADO QUERELLANTE DE LA MEGACAUSA LA PERLA
Reconstrucción
El letrado repasa el proceso y analiza la
posición de José Manuel de la
Sota , que reflotó la teoría de los dos demonios. Los
represores Barreiro y Vergez, estigmas de la democracia. Opina Claudio Orosz,
abogado querellante de HIJOS de Córdoba.
Con 18 causas acumuladas y más de 400 víctimas, el
megajuicio de La Perla
será durante el próximo año y medio un fresco completo del proceso de
demolición sistemática de la sociedad civil cordobesa, en el período que se
extiende desde el Navarrazo hasta la dictadura.
El abogado Hugo Vaca Narvaja, cuyo padre fue fusilado en
1976 por orden de Luciano Benjamín Menéndez, entiende que “esta mayor cantidad
de casos permite advertir la integralidad del proceso represivo en estos
centros clandestinos en Córdoba y posibilita determinar que se trató de un
proceso de aniquilamiento sobre ciertos sectores de la sociedad, perpetrado
desde otros sectores de la sociedad”.
Veintitrés entrevistó a Vaca Narvaja una vez finalizada la
maratónica lectura durante seis jornadas seguidas de la elevación a juicio de
los hechos que juzgará el Tribunal Oral Federal Nº1 de Córdoba. El abogado
comanda un equipo de profesionales que llevará adelante 60 querellas que
representa el estudio de María Elba Martínez, con Miguel Ceballos, Ana Convers,
Adriana Gentile y Pedro Salas.
“La oligarquía terrateniente aportó el ideario económico, a
través de su cuadro más importante de entonces como fue (José Alfredo) Martínez
de Hoz, con el financiamiento del FMI; el Ejército constituyó la mano de obra
para llevar a cabo la masacre, conjuntamente con la policía, y la Iglesia sumó el contenido
ideológico de la masacre, que consistía en ‘proteger a la comunidad occidental
y cristiana’. Si ponés atención a cada discurso de Videla, se advierte el
contenido ideológico que brinda entusiastamente la Iglesia , además que ya lo
dijo claramente en varios medios”, contextualiza.
–Así viene surgiendo de los diversos
procesos realizados en Córdoba hasta el momento.
–En este trípode se asienta el plan, y sin embargo esto no
es tenido en cuenta por las sucesivas sentencias judiciales. No es que los
militares vinieron para “combatir la subversión”, como dicen los jueces en sus
sentencias, ese fue un pretexto. Por ello planteamos desde la querella una
batalla epistemológica contra este sostenimiento de la teoría de los dos
demonios en las sentencias judiciales. En el juicio de Videla pudimos escuchar
la exposición de uno de los acusados, Mones Ruiz, diciendo que cuando se
realiza el golpe de Estado ya los grupos armados estaban reducidos a menos de
1.500 personas en el país. Pero ese pretexto, la “lucha antisubversiva”, sirvió
para encubrir la masacre de sectores sociales claramente determinados: obreros,
estudiantes, cuadros políticos y sindicales, todo aquel que tuviera una
oposición al sistema que se estaba instaurando.
–¿Cuáles son las particularidades del
proceso?
–Que las víctimas tienen como componente sobresaliente su
juventud, gente con una media de entre 20 y 30 años. En su pertenencia se ve
que son obreros, estudiantes, cuadros sindicales, políticos, mayormente
militantes. Otra particularidad es que la represión no se inicia el 24 de
marzo, sino que tiene punto de origen en el Navarrazo, el 28 de febrero de
1974, cuando derrocan al gobierno de Obregón Cano. Allí se produce la alianza
entre los grupos más conservadores de la sociedad cordobesa y la ultraderecha
peronista que lleva adelante el exterminio. Cuando hacés memoria, el gobierno
de Obregón tuvo problemas de gestión pero a causa del enfrentamiento con
sectores católicos, dueños mayoritariamente de los colegios privados. El
gobierno sancionó el estatuto de los docentes que les dio derechos, que lo puso
de punta con la curia; igual sucedió con los empresarios del transporte, al habilitar
aumentos salariales e impedir incrementos del boleto.
De la Sota
y los dos demonios. De la instrucción y acumulación de las causas surge el
juzgamiento de hechos ocurridos desde 1975, cuando Héctor Pedro Vergez viene a
Córdoba a integrar el Comando Libertadores de América, enviado por el Batallón
601 de Inteligencia desde Buenos Aires y recomendado por José López Rega a la
intervención de Raúl Lacabanne.
Este “comando” es un rejuntado de policías del D2 y gente
del batallón 141 de Inteligencia, donde se destacan Barreiro y Yanicelli, entre
otros. La secuencia de asesinatos políticos realizados entonces por esta banda
parapolicial tuvo por objetivo golpear la estructura de militantes populares y
al sindicalismo combativo.
En la causa Barreiro, donde se ventilan hechos anteriores al
24 de marzo del ’76, se juzgará el asesinato de la familia Pujadas –justo un
año después de la masacre de Trelew, donde habían matado a Mariano–, del
dirigente montonero Marcos Osatinsky, de los integrantes de la JP Horacio Pietragalla
y Horacio Jenssen.
Durante aquel período se inició el funcionamiento del campo La Ribera , segundo registrado
en el país después de Famaillá, que fue instrumentado por el Operativo
Independencia en Tucumán.
“Acá estamos juzgando el secuestro de las personas, el
sometimiento a torturas sine die para obtener información y para castigarlos
por su militancia popular. Una vez que consideraban agotada esta metodología,
se producía la eliminación física. Todo esto vamos a verlo bajo el nombre de
Megacausa La Perla.
Contiene Comando Libertadores de América, campo La Ribera y campo La Perla ”, describió Claudio
Orosz, abogado querellante, en la puerta de Tribunales. Orosz reseñó para esta
revista, también, el perfil de Barreiro y Vergez (ver recuadro).
En ese marco, Vaca Narvaja entiende que las declaraciones de
José Manuel de la Sota ,
el mismo día de iniciarse el juicio, esgrimiendo la teoría de los dos demonios
en la Universidad
Austral –perteneciente al grupo católico integrista Opus
Dei–, da cuenta de una puja sobre las interpretaciones de la historia que aún
se debaten en Córdoba.
–¿Piensa que las expresiones del
gobernador, equiparando tangencialmente a genocidas y guerrilleros, interpreta
a sectores representativos de la sociedad cordobesa?
–De la Sota
está lanzado a una candidatura presidencial y desde ese objetivo busca
posicionarse como candidato, asesorado por grupos de marketing de imagen
política que le marcan las líneas de discurso. Por eso el gobernador pretende
ubicarse en un lugar antagónico al gobierno nacional en el tema derechos
humanos Pero este lugar lo pone más a la derecha de Mauricio Macri, donde
disputa escasos porcentajes del electorado. Con su posición sobre la teoría de
los dos demonios atrasa treinta años, compartiendo la postura de Ernesto Sabato
del prólogo del “Nunca Más”. Esto se contradice con sus propios movimientos
como la promoción del boleto educativo, apelando a la Noche de los Lápices. Con lo
cual está claro que todo su discurso es netamente comercial, marketinero y
oportunista, no tiene compromiso con lo que hace ni dice. Nunca tuvo un gesto
de apoyo o acompañamiento con la lucha por los derechos humanos, ni muestras
firmes de estar consustanciado con la política nacional que se realiza desde el
2003, salvo alguna excepción como la creación de la Comisión Provincial
de la Memoria ,
o la ley que beneficia con una jubilación mínima y algo más a quienes
estuvieron detenidos más de un año durante el Proceso y carecen de ingresos. De
la Sota siempre
fue un hombre de derechas, y nadie puede cuestionarle su coherencia en este
aspecto, pero sí su corrimiento hacia un neofascismo. Expresa ese
conservadurismo cordobés que se consolida en el peronismo desde el Navarrazo a
esta parte; nunca tuvo funcionarios de carácter progresista, desde el ’99 a
esta parte, salvo un par durante la gestión de (Juan) Schiaretti, con un perfil
ligeramente moderado y con algún compromiso un poco más visible, como el
ministro de Justicia Angulo o el secretario de Derechos Humanos Raúl Sánchez.
Desde lo formal, antes de iniciarse el juicio de la UP 1, Schiaretti hace una
reunión con los organismos de derechos humanos para manifestar el apoyo del
gobierno provincial y publica una solicitada en la prensa. Pero De la Sota no manifiesta respecto
del juicio de La Perla
nada más que esta reivindicación absurda y extemporánea de la teoría de los dos
demonios.
–¿Este contexto político provincial
influye en el desarrollo de los juicios?
–A pesar de que se avanzó con condenas, todavía la Justicia tiene complicaciones
para condenar a algunos genocidas. En la causa Videla, sobre los casos de los
represores Quiroga y Daloia, el presidente del Tribunal Jaime Díaz Gavier
sostiene en su sentencia que no encuentra pruebas suficientes, cuando las
pruebas estaban al canto, ya que fue el único hecho de ese juicio con un
testigo presencial. Se dejó de lado el testimonio de un hombre confirmando que
las voces que los que trasladaban a mi padre y dos detenidos más, desde la
cárcel, son las mismas que aparecen al momento de fusilarlos. Es raro que
cuando buscamos las constancias de las pruebas que pedimos, encontramos que no
habían quedado registradas como lo habíamos solicitado. Detrás de las condenas
a Videla, Menéndez, Alsina, Mones Ruiz y Yanicelli se escondieron estas absoluciones
que dejan de lado hechos y derecho aplicables. Esto sucede en Córdoba por las
características particulares de la Justicia Federal , donde los militares designaron
mucha gente, y también lo hicieron los radicales y el menemismo, que trabajaron
inclaudicablemente por la impunidad de los genocidas. Acordate que Menéndez
ocupaba el palco en muchos actos partidarios de Angeloz, junto con Primatesta.
Este componente de poder no se ha modificado, es el famoso “cordobesismo” en el
que milita José Manuel de la
Sota.
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Vergez y Barreiro, estigmas de la
democracia
Junto a Luciano Benjamín Menéndez, por primera vez serán
juzgados en Córdoba los torturadores Ernesto Barreiro y Héctor Vergez, que
acaba de recibir una fuerte condena en Bueno Aires en el marco del juicio por
la causa “Primer Cuerpo de Ejército”. Ambos torturadores habían sorteado
exitosamente a la Justicia
de Córdoba hasta el momento y representan emblemas sobre la impunidad que
disfrutaron los genocidas, incluso interviniendo en democracia en diversos
actos de resonancia institucional.
Consultado por Veintitrés, el abogado querellante de HIJOS
Córdoba, Claudio Orosz, resumió el significado del juzgamiento de ambos
genocidas.
–Verguez y Barreiro aparecen por
primera vez para ser juzgados en Córdoba. ¿Qué caracterización puede hacer de
estos represores?
–Héctor Pedro Vergez fue enviado a instaurar el terrorismo
negro en Córdoba: atentados a sindicatos, a cines, a casas de familia, el
asesinato de militantes populares, el ataque a distintos locales partidarios
como la UCR , al
diario La Voz del
Interior, a unidades básicas de distintos barrios de la ciudad, todo para crear
la sensación de caos e incrementar el temor, focalizado en la clase media para
obtener una petición de destitución del gobierno nacional y la venida de los
militares.
–¿Cómo es la trayectoria de Vergez?
–Después de su paso por el Comando Libertadores de América,
se integró a La Perla. En
julio del ’76 es enviado a Buenos Aires por su ferocidad en la tortura. Él
decía que no había nadie que no le hablara y su juzgamiento en la causa Coccoz
tiene que ver con eso, una causa espantosa por los testimonios que se
vertieron, siniestra. Luego Vergez se retira y pasa a formar parte de
financieras acá en Córdoba. Y cómo habrá sido el poder y la impunidad, que por
un lado escribe un libro donde relata sus fechorías, y por el otro, en plena
década del ’90, fue el encargado de contactar con el hijo de Telleldín, el hijo
del viejo jefe de la D 2
en Córdoba que estaba acusado por el atentado de la AMIA , y es quien le lleva el
dinero y vende su testimonio para implicar a Ravelli y demás. Es llamativo que
sea Vergez el que visita a Telleldin en la cárcel. También fue procesado por
delitos comunes en los últimos tiempos, por estafas en el conurbano bonaerense
en relación a obras, etc. Realmente es un personaje mezclado con los sectores
de poder e influencia económica.
–Su figura abarca también la actividad
de seguridad a empresas. ¿Es un genocida que trasciende el caso típico?
–Yo lo analizaría más acabadamente porque hay centenas de
enormes empresas, algunas incluso hoy están siendo investigadas porque fueron
montadas por represores de la
ESMA , que manejan el juego y una serie de cuestiones, que
demostraron ser el antifaz económico de represores, fugados durante años y que
recién ahora son detenidos y las empresas intervenidas. Tienen un sinnúmero de
hechos con organizaciones de protección o seguridad. Nosotros descubrimos
militares comprometidos con violaciones sistemáticas de los derechos humanos,
como titulares o trabajando en agencias de seguridad, que en su momento
protegían a Canal 7 o al Banco Nación en otras administraciones, lo cual demuestra
que siguieron teniendo relaciones con el Estado nacional.
–¿Cómo es el caso de Barreiro?
–Con Barreiro logramos particularmente desde HIJOS Córdoba
su expulsión de Estados Unidos, con el aporte de nuestra prueba. Él fue quien
inició el levantamiento de Semana Santa en contra de un gobierno
constitucional, cuando se negó a venir a prestar declaración acá y se ocultó en
un regimiento camino a La
Calera. De allí salió escondido en el baúl del auto de Raúl
Primatesta y se trasladó a Buenos Aires, donde tomó la posta Aldo Rico, en una
verdadera sedición contra un gobierno popular.
–¿Cómo fue su desempeño en La Perla ?
–En 1976 fue jefe de torturadores, junto a un grupo de
oficiales y suboficiales. Era un tipo en la línea de Luis Diedrich, que también
aparece por primera vez en esta causa, una persona menos conocida pero que
también estaba en la sección política. Diedrich fue el que confeccionó la lista
de las personas detenidas el 24 de marzo del ’76 y, junto con Barreiro y otros,
se denominaban la logia de los oficiales jóvenes. Era una línea interna dentro
del aparato represivo, dura y corporativista con un odio enorme a lo popular,
que pensaba sobrevivir al gobierno militar y delinear los rumbos del país. En
el ’77 Barreiro reemplaza a Diedrich como cabeza en la primera sección
política. Asciende luego de una junta de oficiales especial que se hace por su
caso. Tenemos constancia de que a principio de ese año no fue ascendido porque
había robado, Menéndez intercede ante esa junta y por eso posteriormente lo
ascienden.