Texto de autoría del periodista Walter Goobar relacionado a los últimos acontecimientosde guerra entre Israel y ...
Los verdaderos blancos de Benjamín Netanyahu
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El miércoles, un misil israelí impactó en un coche en una calle de
Gaza y mató a dos personas: uno de ellos era Ahmed Yabari, el líder militar de
Hamás, el otro era su hijo. El hombre asesinado por Israel era el jefe del ala
militar de Hamás. Numerosos medios de comunicación lo presentaron como un
“terrorista” y responsable de todos los ataques contra Israel. Una imagen que
no tiene nada que ver con la realidad. El periodista israelí Aluf Benn, en el
diario Haaretz, de este jueves, explica que “Ahmed Yabari era un
subcontratista, responsable del mantenimiento de la seguridad de Israel en la Franja de Gaza”.
Haaretz revela que Yabari no fue eliminado por su supuesta
peligrosidad, sino porque estaba buscando la paz. Ésta no es una afirmación
retórica ni obra de una maniobra de victimización de Hamás, sino que quien lo
afirma es nada menos que Gershon Baskin, un mediador israelí que llevaba y
traía propuestas entre Yabari y altos cargos israelíes. Se negociaba una tregua
permanente, con acuerdos que habrían evitado la terrible espiral de
provocaciones y represalias. En el lado israelí estaban alargando el proceso,
pero el miércoles, Baskin le hizo llegar a Yabari el último borrador. Horas más
tarde, un misil lo mató.
Es cierto que en los últimos meses, los lanzamientos de misiles no
habían cesado, pero incluso en la última semana de octubre, cuando desde Gaza
salió un centenar de disparos, no hubo daños ni afectados en Israel: siempre
caían en terreno baldío.
Basta con observar los gráficos publicados por el propio
Ministerio de Asuntos Exteriores israelí sobre los disparos de cohetes del 14
de noviembre de 2012, para darse cuenta de que, en general, la tregua fue real
del lado palestino. Sólo fue rota por los ataques del ejército israelí los días
7, 8 y 13 y 14 de octubre.
Por otra parte, el balance de víctimas desde la tregua de enero de
2009 que siguió a la operación Plomo Fundido, lo confirma. El informe de la
organización israelí de defensa de los derechos humanos B’Tselem sobre los
palestinos e israelíes muertos en Gaza desde el 19 de enero de 2009 hasta el 30
de septiembre de 2012 es claro: 271 palestinos (de ellos 30 menores) contra 4
israelíes. Las cifras hablan por sí solas...
Aunque cada víctima –por ambos bandos–, encierra un crimen y una
tragedia, el escaso número de muertos israelíes no era casual: era una orden
del ahora asesinado Ahmet Yabari, el todopoderoso dirigente de Hamás que estaba
negociando un acuerdo con los israelíes. Tras su muerte, se volvió a la
política del ojo por ojo: el jueves murieron tres civiles israelíes por un
cohete lanzado desde Gaza y el viernes sonaron –por primera vez desde 1991– las
alarmas antimisil en la populosa Tel Aviv, ubicada a 47 kilómetros de
Gaza, ese territorio que el lingüista estadounidense Noam Chomsky ha definido
como “la cárcel a cielo abierto más grande del mundo”.
Si Yabari no era el verdadero destinatario del misil que acabó con
su vida, ¿a quién iba dirigido? No es descabellado pensar que el blanco
simbólico del misil era el reelegido presidente de los Estados Unidos, Barack
Hussein Obama, que desde que llegó a la Casa Blanca sueña con pasar a la Historia como el hombre
que selló la paz entre israelíes y palestinos.
Recién llegado al Despacho Oval en enero de 2009, un ingenuo Obama
se encontró con una sorpresa israelí: donde estaba antes Gaza había un inmenso
campo de escombros. La operación Plomo Fundido, lanzada hace casi exactamente
cuatro años –a finales de diciembre de 2008–, concluyó con un saldo de cien
palestinos muertos por cada víctima israelí. Esa campaña de bombardeos era el
regalo de bienvenida de Israel. Obama se tragó el enojo y aplazó sus esperanzas
para el segundo mandato, que empieza en enero.
Ahora como en 2008, el enemigo de Israel no es Hamás. Tampoco es
Mahmud Abbas, el presidente de la Autoridad Palestina ,
que el día 29 de noviembre pedirá a la Asamblea General
de Naciones Unidas que se reconozca a Palestina como Estado observador. La
propuesta se aprobará, pero tiene más valor simbólico que efectos legales o
políticos.
La reelección de Obama amenazó de manera similar a su primer
período: el jefe de la CIA ,
el general David Petraeus debió renunciar, aparentemente por una relación
extramatrimonial. Ése no fue su verdadero error, sino haber testificado en
marzo de 2012 ante el Congreso de Estados Unidos que “Israel era un lastre
estratégico en Medio Oriente para la política que pretendía implementar Obama”.
Sin embargo, Obama nombró a Petraeus director de la CIA después de ese polémico
testimonio ante el Senado que causó mucho revuelo en Israel y en el Mossad. Es
probable que aquella declaración sellara la suerte de Petraeus, pero su segundo
error grave fue dejarse seducir por una Mata Harir que trabaja precisamente
para el lobby y la industria armamentista israelí, por lo que hizo todo lo
posible para que el escándalo saltara a la luz pública.
Sólo una profesional del espionaje –que incluso ha trabajado como
modelo en publicidad de ametralladoras–, logra una sincronización tan perfecta
para que el escándalo detone al día siguiente del triunfo de Obama. Lo de
Petraeus sólo fue una advertencia. Dentro de unas semanas, Gaza estará de nuevo
en escombros, el mando de Hamás pasará a los más combativos; el presidente de la Autoridad Nacional
Palestina, Mahmud Abbas, tendrá que hacer malabarismos entre el respaldo moral
a Hamás y el mantenimiento de las relaciones con Israel, los israelíes
repetirán el viejo eslogan que la paz con los palestinos es imposible y en
enero votarán a Netanyahu o a cualquier otro candidato que prometa lo mismo,
porque en la guerra no se hacen preguntas.
Lo cierto es que el complejo militar industrial hebreo necesita un
enemigo, porque sólo un enemigo crea miedo. Y el miedo es lo único que mantiene
con vida no sólo a los consecutivos gobiernos israelíes, sino a todo el sistema
político de un país con crecientes abismos sociales, que separan a laicos y
religiosos, ricos y pobres. La verdad es que los precarios morteros de Hamás no
bastan para justificar la perpetua amenaza existencial con la que se aterroriza
a los israelíes. Para Netanyahu, la verdadera amenaza existencial para los
gobiernos militaristas y expansionistas es la paz con Palestina.
Buen trabajo Dany;la guerra es ,fue y sera su mejor negocio,...no se preparan para otra cosa.Un abrazo ...
ResponderBorrarAmigo; que la madre infinita verde y pura, y cuna de tesoros y sirenas, te ampare y te brinde sus dones. Yemayá cuida a mi amigo de los peligros- no del mar - sino de los fachos sindicales y patronales ( es mucho trabajo madrecita, para una sola diosa! Pero haz lo que puedas ...
ResponderBorrarFiesta,...subiendo la cuesta,...en la plaza italia...TRIBUTO A LA RESISTENCIA,homenaje a Luis y Elda,...camaradas 50 años de fileteros,..y todavia cortan pescado en alguna cueva(plantas cladestina)...un buen filetero hace 2500movimientos x hora...maquina fabulosa el hombre,sus manos han creado muchisima riquezas,..mansiones,autos,barcos...no pueden jubilarse,descansar,..NUNCA TUVIERO APORTES,..pobre mi patron,..NO PUEDE DISTRER SU GANANCIAS,...1300hs,Plaza Italia,a 2 cuadras de donde gritaba Juan,buscandonos,...Te esperamos,Rock,folclore,empanadas,hamburgesas,jugo p' los niños,...con alegria...y por ella luchamos,nunca asocien la tristeza a nuesto nombre,...NUNCA
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