Por el año 72, abrí un Café Concert en Cosquín , "María Castaña". Un piano allí dispuesto para que interprete el caminante aires de su tierra...Sobre el mostrador una docena de libros, de Pablo Neruda, Miguel Hernandez, Rafael Alberti...la luz tenue, y durante los días de semana, solo estábamos los amigos, en esas charlas nocturnas, nuestro viejo referente, un roble azul, alto y flaco, sin edad ( para nosotros que éramos muy jóvenes ) era el "Tuno" Drago. El Tuno, invitaba a Toto, a Jorgito Gonzalez ( actor de la Comedia Cordobesa) y algún otro que andaba por ahí, noctámbulo y sin destino; y arriándolos para "María Castaña", amontonados por el viento de la risa y la poesía, porque, se daban esas cosas: Contar cuentos " impagables cordobeses", entre brindis de vinos y ginebras, anécdotas del momento, un tanto...interesante, y la infaltable poesía. Toto, sabía de memoria todas aquellas poesías que encendían nuestros corazones y hacían saltar unos lagrimones que mojaban las bufandas. Era invierno, claro. Siempre era invierno aquellos días. Un aire frio y cielos grises se repetían, tal vez era la bruma de la memoria triste, tal vez de día para muchos de ellos, era impreciso caminar por las calles, era inconveniente, algo para nada aconsejable.
Pasaron los años, Todo los describe en estos módulos de Goear, grabados de Radio Universidad, de una entrevista que hizo para su programa Susana Curto, posteo un poquito de la historia de Toto contada en primera persona, conciudadano, compañero, comandante del teatro y la poesía, contundente testigo de una época, que tuvo el privilegio de ser matado tantas veces, sin haberse muerto nunca...como la cigarra.
2da Parte
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