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jueves, 27 de febrero de 2014

El culo de la molinera



Lo leí en un libro (cual?) hace muchos años ( treinta?):
Era una definición sobre" la esencia de la condición humana (reside en que ) El culo de la molinera no sabe leer ".
El autor hacía referencia a un cuento, o anécdota telúrica, que debíamos conocer de antemano. El editor no aclaró abajo con asterisco. O simplemente se entiende, sobremanera, y no hace falta agregar nada mas.
Imaginé por entonces - hoy también, mientras caminaba regreso a casa - que la Señora esposa del Sr. molinero, no tenía papel a mano, y agarró lo que andaba mas cerca. Podía ser un manuscrito incunable, un documento importante, una rifa de lotería premiada, o también, entre dos libros , haber manoteado sin escatimar entre Balzac y Coelho; entre El Capital y la enciclopedia Larousse ilustrada.
De todas maneras, es una definición muy razonada. 
Caminaba, dije, pensando en esto de : Lo que nos diferencia a unos de otros, ante  ciertas circunstancias similares, es " lo que hacemos con ello". Se puede decir, que no es tan relevante - aveces - lo que nos sucede, sino como lo enfrentamos. Qué producimos con aquello que inexorablemente nos pasa.
Hay personas realmente sabias.  Hay personas que sacan una determinación ante tales condiciones desfavorables, que pueden ser consideradas como heroicas.
Y también, ocurre ante situaciones que parecen ser favorables, o beneficiosas... pero que "traen como el vuelo de  los cisnes, golondrinas debajo de las alas ". Eso también lo leí hace tiempo y no se de qué autor. 
Se decía, que cuando llegaban los cisnes, con la primavera, también regresaban  las golondrinas. Como aparecían de pronto una de esas mañanas, se especulaba poéticamente, que los cisnes las traían ocultas bajo las alas.
Sorpresa te da la vida! Decía Rubén Blades, y nos dió la sorpresa del año!
Qué dice Blades ?
Que se puede ser un pelotudo y pasar desapercibido u ocultándolo todo el tiempo, sin que nadie, ni los mejores, se den cuenta.
Pasó con Lanata. Otro Pelotudo con mayúsculas.
Pero Rubén... Tú también hijo mío ?
No soy original tampoco ahora en el texto. Lo dijo herido  Julio  César cuando agonizaba en el instante de una mortal  cuchillada,a si hijastro Brutus ; el ladino  portador del cuchillo.
Estas historias que se repiten no son trágicas porque se esconden bajo las alas de la ridiculez emplumada de comedia.
Rubén Blades vocifera ahora contra Venezuela, y será porque simplemente se acordó que es panameño. Y si se es un panameño que se precie, hay que llevarle la contra  a Venezuela*
Como cuando se es Chileno y se tiene que llevar la contra a los bolivianos.
Yo?
Yo, argentino, ché.

(*)  Yo sí pongo el asterisco, y aclaro para que no oscurezca:  Lo de Rubén es mas grave. Se puede decir, hasta que: Quien empieza a comer con los lobos, también empieza a parecerse a ellos.

martes, 25 de febrero de 2014

lunes, 24 de febrero de 2014

Eramos tan jóvenes !

Me trajo nostalgias ver estos rostros, gestos preciados por nosotros, de artistas que nos representan en toda su dimensión. Como seres humanos maravillosos. Como creadores de una corriente popular, que nos acompañó en horas difíciles; en tiempos cruciales.
Y hoy,  peinando canas, son también referentes de nuestros hijos y las jóvenes generaciones.








sábado, 22 de febrero de 2014

Antonio Machado hoy

SÁBADO, 22 DE FEBRERO DE 2014
SE CUMPLEN HOY 75 AÑOS DE LA MUERTE DE ANTONIO MACHADO

Una honda palpitación del espíritu

El poeta sevillano murió el 22 de febrero de 1939 en Colliure, Francia, “ligero de equipaje, casi desnudo, como los hijos de la mar”, con el corazón desgarrado por el exilio, mientras España se consumía en la barbarie fascista.

 Por Silvina Friera - En página12

El dolor tatuado en su rostro envejecido y el corazón desgarrado por el exilio. La pena pudo más aquel 22 de febrero de 1939 –hace exactamente 75 años–, cuando Antonio Machado murió en Colliure, Francia, en una habitación de un hotelito de Bougnol-Quintana, “ligero de equipaje, casi desnudo, como los hijos de la mar” –presagio de un poema de Campos de Castilla– mientras España se consumía en la barbarie fascista. En uno de los bolsillos de su abrigo se encontró lo que sería su último verso: “Estos días azules y este sol de la infancia...”. Quizá se estaba despidiendo de ese patio de Sevilla o del huerto claro donde madura el limonero. Tal vez jugaba la última moneda verbal que le quedaba: recordar los momentos de belleza y felicidad. Dos días después, en el mismo cuarto, moría también su anciana madre. La sepultura del poeta en esa localidad francesa pronto se convirtió en el memorial más concurrido por el medio millón de republicanos que pasaron derrotados la frontera, con quienes Machado compartió el destino hasta el final. Que sean momentos de múltiples homenajes, conferencias, exposiciones y lecturas de sus poemas no responde tanto a la vigencia o al valor de su obra, sino más bien a una necrofilia literaria que consiste en sacralizar con una intensidad formidable a los escritores muertos. Si la poesía, “una honda palpitación del espíritu”, podría ser interpretada como el diálogo de un hombre con su tiempo, la tumba en Colliure, que sus huesos sigan allí, es la inscripción más dramática de un diálogo pendiente con el pasado.
Sevilla lo vio nacer –el 26 de julio de 1875– en el seno de una familia de la burguesía media, liberal y progresista. Tenía ocho años cuando se trasladó a Madrid, donde luego estudió en la Institución Libre de Enseñanza. El inicio del siglo XX lo vivió en París –viajó para reunirse con su hermano Manuel–, donde trabajó como traductor en la editorial Garnier. En la etapa inicial que comprende Soledades (1903) y Soledades. Galerías. Otros poemas (1907), los poemas de Machado se deslizan bajo la órbita del modernismo y del simbolismo francés. Prevalece un tono intimista asediado por la nostalgia. Aunque nunca se extinguió la llama de lo introspectivo y esa red simbólica típicamente machadiana –el viajero, el camino, la fuente, la luz, la tarde, las abejas, las moscas y las galerías, entre otros elementos–, adoptó otro itinerario en Campos de Castilla (1912), publicado el mismo año en que murió su mujer Leonor Izquierdo –una experiencia tan trágica como decisiva en el curso de su vida y de su obra–; un libro que lo posicionó como miembro tardío de la Generación del ’98. “El adjetivo y el nombre / remansos del agua limpia / son accidentes del verbo / en la gramática lírica / del hoy que será mañana / del ayer que es todavía.” Forma, musicalidad y rima, sin llegar a ser menospreciados, no constituyen lo más relevante para un poeta que se inclina, claramente, a favor del verbo.
Los exquisitos textos en prosa que empezó a bosquejar en los años ’20 se integrarían a ese inagotable artefacto filosófico-literario que es Juan de Mairena (1936), uno de los heterónimos utilizados por Machado. Cuánta tela para cortar hay en estas páginas zumbonas, irónicas, bajo el formato de recomendaciones, consejos, sentencias y donaires de un apócrifo profesor de retórica y poética, un tanto alérgico al barroquismo y al culto de lo enrevesado, aficionado a entablar conversaciones sobre tópicos que van de la poesía a la filosofía, de la moral a la política. “Aprende a dudar, hijo, y acabarás dudando de tu propia duda. De este modo premia Dios al escéptico y confunde al creyente”. A veces impera una pátina de presunta seriedad metafísica: “Sólo en el silencio, que es, como decía mi maestro, el aspecto sonoro de la nada, puede el poeta gozar plenamente del gran regalo que le hizo la divinidad, para que fuese cantor, descubridor de un mundo de armonías. Por eso, el poeta huye de todo guirigay y aborrece esas máquinas parlantes con que se pretende embargarnos el poco silencio de que aún pudiéramos disponer”. Es el arte de pulsar cuerdas para inventariar posibles “tonos”:
–A usted le parecerá Balzac un buen novelista –decía a Juan de Mairena un joven ateneísta de Chipiona.
–A mí sí.
–A mí, en cambio, me parece tan insignificante que ni siquiera lo he leído.
Este Machado filosófico –en la pendiente de lo “herético”– no está escindido del poeta. Probablemente haya sido menos transitado, obturado por la conjunción del énfasis por lo apócrifo y la mascarada humorística, en confluencia con la canonización de una zona de su obra y su ideario político. Al inicio de la Guerra Civil permaneció en Madrid para apoyar la legalidad republicana. León Felipe y Rafael Alberti intentaron convencerlo de que debía salir hacia Valencia, como lo había hecho el gobierno de la República. Los franquistas ya habían fusilado a Federico García Lorca en agosto de 1936. Después de una segunda visita, comprendió que no tenía más alternativa que marcharse. Estuvo en la localidad de Rocafort desde noviembre de 1936 hasta marzo de 1938, período que coincidió con la publicación de veintiséis artículos en el diario La Vanguardia, por entonces órgano de expresión republicana. La inminente ocupación de Barcelona, segunda escala de un éxodo que parecía interminable, marcó el principio del epílogo. Tras unos días en Raset (Girona), pasó su última noche en España, entre el 26 y 27 de enero, en Viladasens. Después cruzó la frontera y llegó, finalmente, a Colliure el 28 de enero de 1939.
“Es frecuente pensar que los ingentes de la Historia, para aparecérsenos como tales, han necesitado el transcurso de muchos años y que, sin la perspectiva del tiempo, nos sería difícil verlos –se lee en La guerra (1936-1937)–. Esto es cierto –en parte– porque toda visión requiere distancia. Pero no podemos aceptarlo como verdad absoluta, sin exponernos al peligro de dejar pasar estos hechos sin reparar en ellos, incapacitándonos para verlos más tarde con lejanía. Muchos pretenden cegar para no ver el incendio, y piensan que podrán más tarde describirnos sus vivas llamas merced al análisis de las cenizas. No. Nuestro deber de hoy es ver lo actual como podamos, y pintarlo como lo vemos, sin que nos apesadumbre el pensar que otros pudieran verlo mañana mejor que nosotros. No olvidemos tampoco que los ojos futuros cegarían para estos hechos, si nuestros ojos se hubieran empeñado hoy en no verlos.” Volviendo a Juan de Mairena –que advertía que no se limitaba a un “esnobismo de papanatas que aguarda la novedad caída del cielo, la cual sería de una abrumadora vejez cósmica”– como complementario o contrario de Machado, el otro en su propio espejo, resulta significativa una estrofa del poema “El Dios Ibero”, en Campos de Castilla, instancia bisagra para detectar el embrión de lo apócrifo como crítica y deconstrucción de la historia: “¡Qué importa un día! Está el ayer alerta/ al mañana, mañana al infinito,/ hombres de España, ni el pasado ha muerto/ ni está el mañana –ni el ayer– escrito”.





(...)Muchos pretenden cegar para no ver el incendio, y piensan que podrán más tarde describirnos sus vivas llamas merced al análisis de las cenizas. No. Nuestro deber de hoy es ver lo actual como podamos, y pintarlo como lo vemos, sin que nos apesadumbre el pensar que otros pudieran verlo mañana mejor que nosotros. No olvidemos tampoco que los ojos futuros cegarían para estos hechos, si nuestros ojos se hubieran empeñado hoy en no verlos.”

jueves, 20 de febrero de 2014

Caruso


HISTORIA DE LA CANCION "CARUSO"

La primera y original versión de esta canción fue escrita y cantada por Lucio Dalla, que dedicó esta canción a Caruso después de haber estado en Sorrento y haber quedado impresionado por la belleza de esta ciudad. 
A Lucio Dalla se le estropeó el barco y en Sorrento solo había disponible el lujoso apartamento en el Grand Hotel Excelsior Vittoria, donde Caruso vivió los dos últimos meses de su vida y donde se conservaban intactos sus libros, sus fotografías y su piano.
Angelo, que tenía un bar en el puerto le contó esta historia ... y él nos la regala con música. Caruso estaba enfermo de cáncer en la garganta y sabía que tenía los días contados pero eso no le impedía dar lecciones de canto a una joven de la cual estaba enamorado. Una noche de mucho calor no quiso renunciar a cantar para ella que lo miraba con admiración, así que, aún encontrándose mal, hizo llevar el piano a la terraza que daba al puerto y empezó a cantar una apasionada declaración de amor y sufrimiento. Su voz era potente y los pescadores, oyéndole, regresaron al puerto y se quedaron anclados bajo la terraza. Las luces de las barcas eran tantas que parecian estrellas o quizás las luces de los rascacielos de Nueva York... Caruso no perdió las fuerzas y siguió cantando sumergiéndose en los ojos de la muchacha apoyada al piano. Esa noche su estado empeoró. Dos días más tarde, el 2 de agosto de 1921, moría en Nápoles. Esta canción narra el drama de esa noche... con luces y sombras del pasado... con muerte y vida...
un hombre enfermo que busca en los ojos de la muchacha un futuro que ya no existe...
un testamento de amor... este fue su último concierto... y este fue su excepcional público... el mar, las estrellas, los pescadores, las luces de las barcas y su amada...









Aquí donde el mar reluce
y sopla fuerte el viento
sobre una vieja terraza
frente al golfo de Sorrento
un hombre abraza a una muchacha
después de que había llorado
luego se aclara la voz
y vuelve a dar comienzo al canto.

Te quiero mucho,
pero mucho, mucho, sabes...
es un cadena ahora
que funde la sangre en las venas, sabes...

Vio las luces dentro del mar,
pensó en las noches allí en América
pero sólo era el reflejo de algunos barcos
y la blanca estela de una hélice.
Sintió el dolor en la música,
se levantó del piano
pero cuando vio la luna salir tras una nube
le pareció dulce incluso la muerte.
Miró en los ojos la muchacha,
esos ojos tan verdes como el mar
luego de repente salió una lágrima
y él creyó de ahogar.

Te voglio bene assaie
ma tanto tanto bene sai
è una catena ormai
che scioglie il sangue dint'e vene sai


Fuerza de la lírica
donde cada drama es un falso,
donde con un buen maquillaje y con la mímica
puedes llegar a ser otro.
Pero dos ojos que te miran
tan cercanos y tan auténticos,
te hacen olvidar palabras,
confunden pensamientos.
Así todo parece tan pequeño,
también las noches allí en América
miras atrás y ves tu vida
como la estela de una hélice.
Sí, es la vida que se acaba
sin embargo él no lo pensó tanto
por el contrario, se sentía ya feliz
y volvió a comenzar su canto.

Te quiero mucho
pero mucho, mucho, sabes...
es un cadena ahora
que funde la sangre en las venas, sabes...



Caruso es el apellido de un famoso cantante napolitano (Enrico Caruso) de Sorrento, una ciudad cerca del golfo de Nápoles.
El estribillo de la canción no está en italiano, sino en el dialecto napolitano... ¡por eso cuesta mucho entenderlo!

*Lampàra: es un tipo de iluminación que los pescadores usan para ir a pescar por la noche y que ha dado el nombre también a los mismos barcos de pescadores.

sábado, 15 de febrero de 2014

Venezuela - La Llaga en el dedo 6

Este artículo pertenece a Juan Carlos Monedero; a propósito de los acontecimientos que hoy culminan con una marcha del pueblo venezolano en defensa del gobierno Bolivariano

http://www.comiendotierra.es/
http://www.juancarlosmonedero.org/

A vueltas con el golpismo en Venezuela


Pensamos, quizá con ingenuidad, que con el triunfo del Presidente Maduro en las últimas elecciones, donde sacó más de diez puntos de ventaja a los candidatos de la Mesa de la Unidad, la situación en Venezuela iba a tranquilizarse. Capriles, el candidato derrotado en las presidenciales y electo en el estado de Miranda, acudió el último diciembre a una reunión del Presidente con los cargos públicos locales y estadales recién elegidos. Reconoció la victoria de Maduro y también su legitimidad. Pero ahí comenzó también la fragmentación entre las filas de la derecha.

El escenario de una parte no menor de la derecha latinoamericana siempre ha sido el del golpismo cuando han estado fuera del gobierno, y la represión de cualquier disidencia o alternativa cuando habitan los palacios presidenciales. De esa actitud, alimentada por los Estados Unidos -para quien todo al sur del Río Bravo es su “patio trasero”-, surgió también como respuesta la lucha armada. El fin del gobierno sandinista en 1990 marcó el fin de las salidas violentas desde la izquierda. Fracasó el primer levantamiento zapatista (triunfó el pacífico y mediático), fracasó Chávez en 1992, fracasó Sendero Luminoso, se estancaron las FARC… Chávez lo entendió y en 1998 se hizo con el gobierno cambiando los fusiles por las urnas. Pero participar en las elecciones no iba a apaciguar a la derecha.

Desde el primer momento, Chávez se convirtió en el enemigo de los derrotados (ya para esas elecciones de 1998, Aznar mandó a Moragas, Arriola y, qué casualidad, a Correa –el de la Gürtel- a ayudar en las elecciones a la candidata de la derecha). Pero al igual que el hundimiento de la URSS en 1991 fue el comienzo del fin del Estado social en Europa, la renuncia a la lucha armada en América Latina vino acompañada el recrudecimiento del golpismo en la derecha del continente. La derecha sólo acepta la democracia si está en el poder. Cuando está fuera, le vale todo para recuperarlo. En casi todos lados. ¿O no nos acordamos que Aznar llegó a la política mintiendo y se fue mintiendo?

La extrema derecha venezolana vuelve a las andadas. No está dispuesta a esperar que la coyuntura les de una oportunidad electoral. Siempre tienen prisa. Capriles ya no les vale y vuelven al sabotaje, a poner muertos en las calles, a la desestabilización, contando como única baza el apoyo mercenario de buena parte de las empresas de medios de comunicación del mundo y de la propia Venezuela (donde el 80% de los medios están en manos de la oposición). Como su candidato, Capriles, ganó en diciembre en las elecciones en el estado de Miranda y ha aceptado el resultado (no parece muy sensato decir que hay fraude cuando tú mismo has sido elegido), los candidatos de los Estados Unidos vuelven a agitar la bandera de la violencia para intentar acorralar al gobierno de Nicolás Maduro. Los mismos que ya probaron esa estrategia en el breve golpe de 2002. Los mismos que si se hicieran con el poder en Venezuela convertirían el país en un cementerio anexo a una cárcel.


Los análisis de una parte de la derecha son los que han llevado a un sector de la misma, que siguen sin querer entender el apoyo popular al proceso bolivariano, a repetir la estrategia golpista. Ramón Piñango, del IESA y director de la “Unidad de análisis de coyuntura”, recomendaba recientemente a Henrique Capriles alejarse de Leopoldo López y de su plan de regresar a la lucha callejera para desestabilizar al gobierno (Plan “Salida”). En un documento publicado estos días en la prensa venezolana hacía las siguientes reflexiones, entendiendo que la anterior estrategia golpista sólo había servido para reforzar más el apoyo popular al chavismo: “1. El respaldo popular al Chavismo sigue siendo importante y mayoritario; 2. Las medidas anunciadas por el Presidente Maduro han dado señales para el pueblo que el Gobierno esta actuando; 3. El Gobierno ha logrado posicionar la matriz de la responsabilidad del sector privado en la escasez y especulación; 4. Los vínculos de Leopoldo Lopez con Alvaro Uribe y el paramilitarismo quiebra la relación con el Gobierno de Santos; 5. El respaldo de las Fuerzas Armadas a la revolución es irrestricto; 6. La agenda del Plan “Salida” no tiene ni tendrá respaldo popular, el pueblo de Venezuela por tradición cultural aísla a los violentos; 7. Cualquier acción violenta contra el Gobierno unifica las fuerzas Chavistas; 8. La agenda de Leopoldo López no se corresponde con asuntos de política nacional; 9. Las acciones de Leopoldo López buscan desplazar el liderazgo de Capriles”.

La prensa internacional ha vuelto a ser cómplice de la enésima intentona golpista. Por una parte, los que manejan una idea ramplona de justicia y reparten culpas desde la tentación de la inocencia. Son los que hablan de “los dos bandos” o de los “extremistas de ambos lados”, como si fuera lo mismo estar en el Gobierno que ser un golpista. Por otra -los más-, formando directamente parte de la estrategia golpista y acusando al Gobierno de Maduro de ilegítimo. Ya vamos sabiendo que para la prensa europea eso de ganar las elecciones es una estupidez cuando no las ganan sus patrones (¿nos acordamos de Papademos en Grecia y de Monti en Italia? ¿Y de Rajoy asumiendo que le dan lo mismo los compromisos electorales que le llevaron a la Presidencia del Gobierno?).

Las acusaciones vertidas sobre el gobierno bolivariano apenas se sostienen cuando se conoce la realidad del país. La derecha golpista venezolana está armada, está vinculada con el paramilitarismo colombiano y siempre tiene como estrategia sembrar la calle de muertos para intentar estrechar el cerco contra el gobierno. Como ocurrió en 2002, vuelven a conocerse conversaciones previas donde ya se anunciaba que las manifestaciones iban a terminar con muertos -denunciadas por el Presidente Maduro- o aparecen, como en tantas otras ocasiones, mercenarios contratados para generar desórdenes. Por el contrario, otros vídeos demuestran cómo la policía bolivariana tiene un comportamiento bien diferente del que vemos en otros países, incluido España. Sin olvidar que uno de los tres muertos era un militante chavista (cualquier muerto, sea cual fuere su signo, merece compasión). Pero esas informaciones no aparecen en los medios: no sirven para criminalizar a Venezuela.

Claro que existen grupos populares en el país caribeño con capacidad de resistir un golpe de Estado (como ocurrió en España en julio de 1936). Ya quisiera la derecha golpista que no existieran. Y están además los 100.000 kalashnikov que Chávez compró para armar a las milicias bolivarianas. En América Latina saben que los golpes de Estado organizados desde Estados Unidos son parte de la política del continente. Quien quiera entrar por la fuerza en Venezuela, va a encontrarse con mucho pueblo enfrente. Tienen además -y eso no lo soporta la derecha- unas fuerzas armadas comprometidas con su misión de salvaguardar al pueblo y no a los latifundistas y a los grandes empresarios. Tendremos que ver qué pasaría en Europa si una fuerza política como Syriza gana las elecciones en Grecia. En la América del Sur han aprendido sus lecciones. Allende no murió en vano.

En Venezuela no hay enfrentamiento entre dos bandos ni choques entre “hordas”. Hay un Gobierno legítimo y una minoría que no está dispuesta a dejarle gobernar. Claro que en Venezuela hay serios problemas económicos (¿recordamos que hay una crisis mundial?), no menos serios problemas de seguridad (vinculados a un complejo entramado de causas donde no es la menor un modelo de consumo que te hace creer que si a los 15 años no tienes ya todo eres un perdedor) y problemas igualmente graves de gestión administrativa (donde la corrupción endémica del país sigue siendo una asignatura pendiente pese a los arduos intentos del Gobierno por atajarla). La condición petrolera del país genera problemas estructurales contra los que aún no se ha encontrado una solución eficaz, pero de nada ayuda la permanente espada de Damocles del golpismo para enfrentar los problemas pendientes. No estaría de más que los amigos del golpismo y de las revoluciones de colores sacaran sus sucias manos de Venezuela y dejaran al Gobierno gobernar. No es sencillo hacerlo cuando un gobierno poderoso está siempre poniendo palos en las ruedas (¿nos acordamos en España de las dificultades añadidas en la lucha contra la violencia de ETA por la actitud beligerante de Francia?). Sin justificaciones como las que brindan los violentos, la vía electoral para que la oposición ofrezca al país su alternativa se hace más clara conforme los errores del gobierno allanen el camino de sus oponentes. Pero no en un escenario de amenaza golpista.


En las últimas elecciones presidenciales, y aprovechando que Chávez ya no era el candidato, la oposición estuvo a punto de volver al Gobierno. La tarea de la oposición debiera centrarse en señalar las deficiencias de la gestión de Maduro e ir preparando un modelo de país alternativo que convenza a las mayorías. Capriles lo ha entendido y por eso se ha desmarcado de la vía violenta. Otros, como Leopoldo López o María Corina Machado, quieren sacar a Capriles de juego y ocupar su lugar con una estrategia de confrontación soñando con un escenario libio o sirio para Venezuela. Porque el ruido que se hace con Venezuela siempre tiene que ver con lo mismo: su condición de país con las mayores reservas de petróleo del mundo. Una codiciada pieza. Por eso fueron ayer contra Chávez y van hoy contra Maduro. Que Venezuela esté en los telediarios no tiene nada que ver con la violencia. Tiene que ver con que tienen petróleo y no son obedientes a los mandatos del norte.


Junto a esa lucha internacional sempiterna por controlar el petróleo venezolano, otra parte muy importante de los disturbios que acaban de tener lugar en el país tiene que ver con las pugnas internas dentro de la oposición venezolana. Sería importante que todo el país fuera consciente de que esos que quieren gobernar en Venezuela para sustituir al chavismo no le hacen ascos a que compatriotas suyos dejen la vida en los enfrentamientos. Porque para esa derecha golpista de Venezuela, como la de otros tantos sitios, su única patria siempre es el propio interés. Su democracia es una pantalla. Y del mismo modo que celebraron el reciente golpe en Honduras o los constantes intentos de derribar por la fuerza a Cristina Fernández, a Evo Morales o a Correa , su triunfo sería regresar a Venezuela a una oscura noche de la que, entonces sí, no nos hablarían los medios de comunicación. El pueblo de Venezuela ha dado su apoyo a Maduro. Y la obligación de cualquier demócrata es hacer valer su legitimidad frente a cualquier agresión golpista como la que ahora mismo está sufriendo. Aunque la presión mediática haga difícil esa tarea. Los enemigos de la democracia no cesan en su empeño. Que no nos venzan por cansancio.

viernes, 14 de febrero de 2014

Que ves?

Qué ves? by Divididos on Grooveshark

Veamos a este tipo...
Qué ve cuando ve ?








Querés ver???

Facebook:
VictorNunesFaces

El tipo ve cosas que no siempre los otros están viendo.
Gracias: http://recogedor.blogspot.com.ar/

jueves, 13 de febrero de 2014

Mañanas de radio

Entrevista al Compañero co-director de Insurgente

 en el país del Potencial Premio Nobel de la Paz, José Mujica


“Tras 9 años si la derecha no ha protestado por las políticas del gobierno del Frente Amplio es porque no se les han tocado sus intereses”



Entrevista a Jorge López Ave en Programa Mañanas de Radio, de CX36 Radio Centenario de Montevideo Uruguay.

“Uruguay camina hacia la profundización de las políticas neoliberales” y se enmarca “con lo que es la social democracia a nivel mundial, donde su ideario es el reformar y parchear el sistema, nunca combatirlo”, dijo el publicista uruguayo, residente en Cádiz, Jorge López Ave, en ‘Mañanas de Radio’. Señaló que “cada nuevo Shopping se celebra como un triunfo artiguista y eso es una barbaridad, desde el punto de vista de la concepción ideológica de los valores de la izquierda” pues “el consumo no es un valor de la izquierda y sin embargo se vende como un gran logro”.


En ese sentido, el director del diario digital InSurGente, habló de las nuevas modalidades de lucha que va tomando la izquierda en Europa, sobre todo de la mano de los jóvenes para enfrentar la pasividad que ha impuesto “la social democracia en Europa, que es un poco el modelo del Frente Amplio a nivel organizativo y económico”.

A continuación transcribimos la entrevista que puede volver a escuchar o descargar aquí:
http://content.jwplatform.com/players/hxAJtnNg-hndKM9yc.html

Efrain Chury Iribarne: Tengo un invitado que muchos apreciamos en esta casa porque siempre nos aporta documentos informativos y cosas muy interesantes para nuestro propio trabajo inclusive en ese intercambio que mantenemos con él, que está hace ya un tiempo largo en España. Estoy hablando de Jorge López Ave, director del diario digital InSurGente, publicista de larga data -aunque es joven-.

El gusto de recibirte Jorge, bienvenido.

Jorge López Ave: Muchas gracias Chury, lo sé.

EChI: ¿Cómo dejaste a España y cómo encontraste a Uruguay?


JLA: Empiezo por el final. Uruguay es un país extremadamente caro y eso tiene mucho que ver con la Economía. Hace unas horas un amigo de acá me decía sabemos que es caro pero no tenemos mucha referencia exterior, sabemos que Argentina está barato pero la cotidianeidad nos inunda de realismo y seguimos gastando, seguimos pidiendo crédito, pero tomarse un café en 18 de Julio, en 8 de Octubre o en el Paso Molino es tan caro como tomárselo en los Campos Elíseos de Paris y la proporción de los sueldos no es esa. Entonces resulta un poco sorprendente como la va llevando la gente y como no aumenta su espíritu de rebeldía, ese sería digamos el primer pantallazo, lo caro que es el país y si lo comparamos con lo que se gana acentúa esa carestía. Por lo demás, en la semana y media que llevó acá en Montevideo observo y me preocupa, aparte del tema económico de esa burbuja que a lo mejor estalla y deja un mal recorrido para el país, lo que me preocupa es el conjunto de valores, es decir se ha anclado, se ha enraizado mucho el tema del consumo como valor ideológico.

Y cada nuevo Shopping se celebra como un triunfo artiguista y eso es una barbaridad. Una barbaridad desde el punto de vista de la concepción ideológica de los valores de la izquierda. El consumo no es un valor de la izquierda y sin embargo se vende como un gran logro y eso me preocupa porque lo veo muy enraizado en la mentalidad de la gente, el intentar tener cosas, vivir el presente de un modo muy equívoco, las tarjetas, lo de los créditos, la gente habla de plata fundamentalmente, entonces eso concierne a los valores, a la concepción ideológica que no corresponde para nada como digo a lo que debería o es la izquierda.

EChI: Vamos a aclarar que quien está hablando, Jorge López Ave, no es un español que visita Uruguay, él es uruguayo, vivió mucho tiempo en este país y lo conoce perfectamente.

JLA: Por eso duele más. Es decir, que haya gente como viene denunciando la 36 haciendo cola para conseguir crédito de una mueblería, más allá del hecho corrupto está el hecho ideológico. La gente necesita plata y como necesita plata para abordar un presente inmediato no importa pagar mañana una barbaridad de crédito porque eso es pasado mañana. Entonces el vivir en un presente rabioso sin proyección de futuro es algo que en un principio quienes -y vos también estás en esa historia- apostábamos por la creación de una estructura de izquierda no imaginábamos que podían aportar ese concepto tan pro capitalista de consumir hasta morir.

Por otra parte, la necesidad de plata y de alquileres caros, de intentar conseguir cosas que desde el punto de vista de clase no son más que cosas superfluas.


EChI: Uno tiene la sensación que si el país fuera un tren, en realidad la llegada del FA bifurcó más las vías, es decir que tomó para el otro lado, es decir que la conectaron mal, hizo otro destino.


JLA: Lo importante es que la mayoría de la gente que estaba en ese tren no percibe, no percibió o no quiere percibir esa realidad, si les hacemos preguntas básicas incluso a lo mejor de la vieja escuela. Es decir ¿Uruguay en el contexto mundial con un gobierno de izquierda es un país socialista? La respuesta evidentemente es no. ¿Camina hacia el socialismo? Evidentemente no. Entonces ¿hacia dónde camina? Camina hacia la profundización de políticas neoliberales.

El neoliberalismo es derecha, en un englobamiento que puede tener perfectamente concordancia con lo que es la social democracia a nivel mundial, donde su ideario es el reformar y parchear el sistema nunca combatirlo, entonces eso sí es una diferencia importante, es decir no vamos a cambiar las estructuras económicas, no vamos a cambiar las relaciones de producción sino que vamos a parchear, a dar unos pesos a los que están peor pero siempre dentro del marco legal, capitalista sin cuestionar lo más importante y esa es la realidad.

El problema fundamental y ahora también tenemos las encuestas y buena parte de la población parece aceptar eso como algo irreversible de que eso es así visto desde afuera del país y no por un uruguayo sino por una persona de otra nacionalidad, es un poco insólito que un gobierno con Ministros comunistas tupamaros no de un golpe en la mesa y no apueste por una estructura diferente a la capitalista, no agarre el tren ese del que hablabas y ponga las vías encaminadas hacia otro lado porque sino quien lo va hacer, si la historia marca que los que construyen el socialismo mal vamos, esa es la realidad.


EChI: Hay otro aspecto del país que para nosotros es una preocupación constante y es que el gobierno frenteamplista ha producido la mayor enajenación de la soberanía que registra la historia del país.

El Uruguay tiene hoy el 41% de las tierras entregadas y regaladas a las multinacionales, digo regaladas porque esas propiedades no pagan impuestos en Uruguay.

JLA: Sí, a mi me gusta hacer ese ejercicio de pensamiento que es el siguiente, que respuesta hubiera dado el FA si estas políticas las estuviera articulando el Partido Nacional y el Partido Colorado, seguramente más allá de una conferencia de prensa intentaría movilizar a la gente, había unas grandes movilizaciones y con pancartas diciendo no a la venta del país.

Eso no hace falta ser muy imaginativo para saber que es así, es más, desde la izquierda nos hemos educado que cuando venían capitalistas de afuera venían a robar el país porque era el imperialismo, porque era el capitalismo que venía a saquear.

Hemos dado como una vuelta de carnero y para justificar todo el empresario ya no es empresario sino emprendedor, que tiene ese punto medio positivo que está bueno dicen que venga a invertir, las figuras como el imperialismo, el capitalismo depredador todo eso ha desaparecido porque han convencido a la población que vengan de afuera con plata, esa plata trae quita de derechos porque sino me voy a Tailandia.

Lo que decías antes es exacto, la quita de soberanía pasa también por el hecho que el que tiene la plata tiene el dominio de la cosa, entonces si yo te exijo que tienes que ganar 13 mil pesos no mira que quiero ganar 18, ah bárbaro me voy a Tailandia porque ellos son los dueños de la ruleta, entonces que papel le toca a los gobiernos locales pues de meros títeres y encima salen en la foto con ese nuevo emprendedor que es una empresa bárbara, unos tipos bárbaros, me reúno en un hotel de lujo porque traen 40 millones de dólares, la consecuencia de esa plata es que los trabajadores van a tener un recorte importante de conquistas sociales y eso está pasando en todo el mundo además, el capital va allí donde es más fácil obtener beneficios y plusvalías. Ahí está la importancia de la diferencia de tener gobiernos combativos con esa realidad o gobiernos genuflexos, lamentablemente nuestro gobierno es un gobierno que se ha plegado al valor de decir que vengan cuanto más mejor, a invertir cuanto más mejor sin poner casi ni una sola condición, está el país lleno de Zona Franca, de transgénico, de minería, no importa de lo que sea, todo lo que venga es bienvenido.

EChI: Regasificadoras que anulan la costa para darle combustible a una multinacional que viene a explotarnos y a expulsar a la gente del campo.

JLA: Y nos dice que eso genera riqueza… Pero yo me pregunto, ¿para eso hace falta un gobierno llamémosle de centro izquierda?

Podría serlo (Jorge) Larrañaga, (Sergio) Abreu, (Pedro) Bordaberry, igual ellos también negociarían con las empresas que vienen de afuera.

Haciendo un análisis pormenorizado, yo sé que mucha gente que escucha la radio es votante del FA, pero hagamos este análisis: ¿Es más duro el gobierno actual en la negociación con las transnacionales que un gobierno de Larrañaga, de Abreu?

Yo creo que no. Es la misma alfombra que se pone a todos los que vienen a invertir, no escuchamos ni vemos ni sabemos que el gobierno actual le exijan nada, que el gobierno actual le exija a las grandes empresas que tengan que tener un sueldo mínimo de 28 mil pesos, tiene que tener estos derechos, no se escucha eso muy por el contrario aceptan las condiciones del que manda y el problema esta, luego podemos hablar algo de Europa, es que en esta época una de las cosas que hemos descubierto es que los gobiernos no mandan.


EChI: Yo aquí hace unos cuantos años hablaba con un importante dirigente del Partido Nacional, que inclusive fue candidato a la Presidencia de la República, un brillante abogado de este país y me dijo: “A esta altura de mi vida no estoy de acuerdo con las privatizaciones”; dándome a entender que tampoco a las inversiones de ese tipo. Y yo le pregunté por qué y me contestó: “Simplemente porque eso significa siempre corrupción en el país en que se opera”.

JLA: Exactamente. Tal es así, ya que decís eso del Partido Nacional, digo reflexionando y haciendo -pero no mucho- de política ficción, un hipotético gobierno de Tabaré Vázquez, ¿sorprendería mucho a la población que pusiera algún Ministro blanco o colorado o algún Ministro del Partido Independiente? Evidentemente que no.
Es más, se vendería como que todos juntos somos Uruguay y todos juntos vamos a poder.


EChI: Y sabiendo que más a la derecha de lo que está el FA no se puede estar.

JLA: Claro, porque en política económica ya te van a decir directamente que nosotros no tenemos mucha independencia, estamos al albur de lo que hagan y decidan los grandes, entonces partiendo de esa base da igual un Ministro que otro.

Y sobre todo -a mi siempre me gusta hacer esta referencia- el termómetro de las políticas de izquierda justamente la marca la oposición. Me explico, si hay un gobierno de izquierda real en un país como por ejemplo Venezuela la oposición está muy combativa en la calle, en el parlamento, boicoteando, reventando Economía, porque le están tocando sus intereses de clase.

Acá llevamos muchos años de gobierno del FA y la derecha de siempre, de todas las horas como se suele decir, no se ha movilizado, no ha convocado 200 mil personas en el Obelisco para protestar por las “políticas de izquierda” del gobierno, es decir que si no lo ha hecho es porque no se les ha tocado sus intereses de clase, que no están muy descontentos.

EChI: No para nada.

JLA: Por eso digo que los termómetros a veces lo tocan los otros, cuando se les toca saltan. Y no decimos ningún disparate si decimos que muchas familias de plata de este país son votantes del FA.

A los dirigentes del FA le parecerá bárbaro pero del punto de vista de clase es un disparate, significa que algo no funciona. Hay gente que coquetea con el gobierno, que vota al gobierno porque está tranquila desde el punto de vista de sus intereses de clase y eso es preocupante.

EChI: Hablemos un poquito de las dos Europa, porque las referencias que recibimos es que hay una Europa al norte y otra al sur.

JLA: Yo pienso que la famosa y comentada crisis se podría explicar como un personaje de teatro que antes de empezar la función se ha abierto el telón, entonces los espectadores, el pueblo, ha visto lo que había sobre el escenario -que gracias a la crisis de un modo sorprendente abrió el telón y que ha visto en el escenario- la gente sencilla que estaba sentada en su butaca la vio tal cual son. Y vio -o ve- algo que es terrible: que la democracia no es tal, que por encima de partidos políticos, de dirigentes, está el poder económico. Cosa que la gente de izquierda sabía. Sabemos desde hace muchos años que es así, pero se está viendo con especial crudeza que hay plata para los bancos pero no para la gente. Los bancos le exigen al Estado que le den para sanear sus cuentas, por ejemplo el caso de España 250 mil millones de euros, plata pública que pasa a terreno privado, a ser manejada porque ellos - me refiero a la banca- estaban muy cerquita de la desesperación económica. Y la gente lo vio con claridad, a alguien que vende fruta o pescado no le dan ese crédito pero a la banca no solo le dan el crédito sino que le regalan la plata.

También se ven más cosas cuando se abrió el telón, se ve la política como un enemigo de la gente, es tal la cantidad de corruptelas, la cantidad de beneficios que tiene esa casta política que es ajena a los intereses de la gente, que está provocando o acentuando un desánimo terrible en la gente. La gente ha empezado a despreciar su propio voto porque la considera que no tiene valor y eso se vio porque como se corrió el telón vimos las corruptelas que tienen, políticos que ganan mucha plata, que colocan a todos sus familiares, hacen una auténtica rosca de un lado y de otro, de lo que era la social democracia histórica y ni hablar de lo que representa la derecha más clásica. ¡Ojo!, que aparte también de lo que han visto esa quitada de telón sirve como espejo de lo que está del otro lado, es decir las butacas, como estamos nosotros, como está la gente. La gente se descubre asimismo como un espejo y se ve extraordinariamente atomizada, cada uno está haciendo la batalla por su lado, el vecino del tercer o cuarto piso es un enemigo jamás es un compañero. Es decir que es una sociedad extremadamente individualizada, que es exactamente la que le corresponde a una estructura capitalista para que el tejido quede siempre separado, que no se pueda crear tejido.

EChI: Se rompen los lazos.

JLA: Se rompen los lazos.

También descubre una izquierda combativa muy pequeña porque los años han ido pasando y hay muchas organizaciones pequeñas que han podido sobrevivir pero poco más, sin incidencia social.

Pero también descubre cosas buenas no vamos a ser pesimistas, cosas que para la izquierda clásica resultan demasiado novedosas como para interpretarlas con rapidez. La sociedad ha empezado a encarar cosas desde mi punto de vista muy interesantes, como por ejemplo la desobediencia civil. El ejemplo más claro es el caso de Grecia donde la gente dice -digo la gente y digo ciento de miles de personas o capaz que digo millones- el gobierno no me da trabajo o al economía que medio dirige el gobierno no me da trabajo, no me da sanidad, salud, no me da educación, por qué tengo que pagarle yo al gobierno, entonces hace un tejido muy interesante con una campaña muy buena que es yo no pago el ómnibus, yo no pago el peaje, yo no pago el agua, yo no pago la luz. Pero no uno que está loco, no, estamos hablando de estructuras organizadas, ojo que ahí está jugando un papel muy importante Internet, la gente empieza asociarse para no pagar. ¿Y por qué voy a pagar si ha cambio no recibo nada? Y eso es algo que la izquierda no tenía adjetivado, es decir teníamos el modelo clásico de acumulación de fuerzas, ganar diputados para tener el poder, sin embargo se está observando con el tema de la desobediencia civil algo que va muy rápido y que más allá como digo de las estructuras ideológicas de la izquierda clásica, es algo que hay que digerir rápido y como afrontarlas, las estructuras de boicot, boicot a determinados productos.

Imaginate que esta sociedad uruguaya, por trasladar esa realidad europea a la sociedad uruguaya tuviera un tejido suficiente -insisto que en eso juega un papel muy importante Internet no solo para denunciar- y pongo un ejemplo que ha denunciado la Radio, lo de la mueblería de 8 de Octubre, sino que tuviera capacidad suficiente a través de 150, 200 mil personas para boicotear no la mueblería que es lo de menos sino a la empresa que da los créditos, iban a sentir un golpe de miles de personas.

En realidad se resume con que la gente más combativa con el capitalismo en Europa, creo que está tramando algo muy interesante, que es boicotear el sistema, no tan solo pelear para decir vamos a sacar 3 Diputados más, no. Boicotear el sistema, dar donde duele. ¿Les duele que no vayamos a los shopping? No vayamos a los Shopping. Pero no uno o dos. No. Un millón de personas estamos convocados el martes para no ir y eso es dar donde duele, porque dan en la cuenta de resultados enseguida.

EChI: Naturalmente, ese mes tendrá un balance desfavorable.

JLA: Exactamente. Entonces, es la capacidad de la gente de decir: “tengo herramientas de lucha”, a lo mejor novedosas, pero que son extremadamente eficaces para enfrentarse al capitalismo. Y todo eso se está digiriendo a una gran velocidad.

Es decir, te pongo el ejemplo de España pero sirve para cualquier país europeo. Está habiendo un recorte de Presupuesto a todos los niveles como todo el mundo sabe, excepto en los Ministerios del Interior donde se aumenta para comprar balas de goma; ahora la última novedad es que van a las manifestaciones, la policía, con tanquetas donde tienen un aparato que emite un ruido ensordecedor y la gente se tiene que dispersar. Chalecos antibalas, etc.

Es decir que los Ministerios de Interior europeos saben, o tienen miedo, de que las revueltas sociales vayan en aumento y están como pertrechándose. Y ese es un dato también novedoso.

¿Por qué? Porque la izquierda hasta hace nada, hasta este tiempo, se limitaba a movilizar a la gente, ponemos una pancarta, el recorrido es de tal sitio a tal sitio, leemos un comunicado o un manifiesto y nos vamos para casa.

Eso está cambiando.

Eso la gente lo está considerando de lo más inútil porque no cambia nada. ¿Qué es lo que cambia? Bueno, eso es lo que hay que ir descubriendo con estos movimientos que estamos viendo.

Es decir, hay, llamémosle sistema de lucha, invitar a una manifestación y juntar a 50.000 personas con una pancarta, leer un manifiesto maravilloso a través de una persona de reconocido prestigio, está bárbaro. ¿Pero eso es eficaz o no para cambiar las cosas?

Entonces, la gente joven, sobre todo, se está dando cuenta de que eso no sirve para cambiar las cosas, que no cambia nada, que es lo que venimos haciendo los últimos 20 años con resultados más bien escasos.

Entonces, pasamos a otra construcción de instrumentos, y eso yo creo que es interesante. Porque para la izquierda, para los que tengan la cabeza abierta, estamos ante cambios en los métodos de lucha.

Que no es simplemente el clásico: lucha electoral o lucha armada. No. Va mucho más allá de eso.

Es decir, es estructuras de funcionamiento hasta ahora inéditas, de estructuras de barro donde la gente crea cosas. Por ejemplo, si el gobierno no llega con una estructura de sanidad básica al barrio, la creamos nosotros. Si hay 5 médicos y 4 enfermeros en el barrio con cabeza solidaria, nosotros construimos eso y el gobierno que nos deje tranquilos.

Que echan a gente de su casa porque no puede pagar, tiene una familia con 3 hijos y está desalojada y desahuciada en la vivienda, pues ocupa una casa que tenemos registrado acá que lleva 12 años vacía y ahí hay que meter a esa familia.

No pasa tanto porque un compañero en el Parlamento haga esta gestión sino acción, hemos entrado en un período de acción.

Y eso como vamos viendo o por la cara que me estás poniendo, vemos que es algo muy nuevo.

EChI: Porque la acción justamente de la gente en ese sentido es el miedo más grande del capitalismo. Es el terror del capitalismo.

JLA: Exacto.

A mí me gusta recordar una anécdota, porque me gusta ilustrar las cosas con anécdotas.

En Berlín una gran empresa de supermercados echó a 2 trabajadores jóvenes porque le habían pedido aumento salarial. En este caso se trataba de 2 militantes activos del Movimiento Antifascista.

Uno de ellos le dijo al encargado del supermercado que lo pensara porque les iba a costar caro que los echaran a los 2. No le hicieron caso porque eran dos gurises de 20 años.

Bueno, a partir de ese día por la tarde empezaron a organizar vía internet un boicot activo a esa empresa. Al poco tiempo, a los 4 o 5 días había más de 100.000 personas que estaban anotadas para tal día hacerle un boicot a ese supermercado. Pero el problema fue que a los 4 días era casi 400.000.

Cundió, gustó la idea del boicot.

Se entera el dueño absoluto de las acciones, el que más acciones tenía de la empresa e intenta un diálogo con ellos para parar el boicot. Ellos van a la negociación y le dicen que no sólo quieren que los vuelvan a admitir sino que quieren un aumento salarial del 10% para todos los trabajadores.

-No, pero se tiene que ver con los sindicatos...

-Bueno, bárbaro, el día 24 es el boicot.

Y el tipo estaba temblando porque el boicot no era de un día, era de una semana. Por supuesto hubo un aumento salarial del 10%. Tuvo miedo.

Y ojo, no era miedo a los sindicatos, miedo a los consumidores organizados. Y eso también es algo nuevo para la izquierda.

En un mundo consumista es dar donde duele.

Diego Martínez: Nos llegan mensajes de los oyentes.

“Buen día. Una pregunta al entrevistado: ¿La deuda externa, inmoral e impagable, no es la razón de esta crisis que pagamos los pobres? Un abrazo”, manda Orlando.

“¿Muchachos, qué pasa con el Toto Rossi que nadie lo nombra? ¿No está con el compañero? Otro fraudeamplista de guarda a estanciero. ¡Qué manga de hipócritas!”, dice el teléfono que termina en 257.

Son algunos de los mensajes que han ido llegando.

JLA: Bueno, lo de la deuda externa, para contestarle al oyente, ese es otro de los temas donde hemos visto cómo ha ido cambiando el asunto. En Youtube he visto cosas de Danilo Astori muy beligerantes con el tema de pago de la deuda externa, videos de hace 20 años, y sin embargo hoy por hoy han extendido en la sociedad de que si no se paga la deuda no vienen los capitales porque el país no es confiable.

Fijate qué valor tan reaccionario, Chury. Es decir, hay que pagar con el sacrificio que sea porque sino te bloquean el país. Eso no es lo que decía la izquierda hace 20 años.

Es decir, la deuda es plata, que mucha de ella ni llegó al país sino que se quedó en los bolsillos de aquellos que la pedían, y la asume el país con una naturalidad absoluta.

EChI: Tenemos otro mensaje que dice: “Cuando hablan los políticos en la campaña electoral hay que cacerolear, es una forma de hacerles un boicot”, Luis del Cordón.

JLA: Claro, la palabra “boicot” a la gente combativa gusta. Gusta porque es sentirse protagonista y es un medio no convencional que ayuda a generar conciencia.

EChI: Ayuda, pero creo que en definitiva, para el lugar a donde han llegado los traidores de la izquierda, un caceroleo es casi un juguete con el cual se ríen de los que lo hacen y se entretienen. Me gusta mucho más el boicot como que esta semana 400.000 no compra en los shoppings. Ese es el que duele y ese es el que hace ruido.

JLA: Claro, para eso se tiene que organizar la gente y tiene, como decía antes, una herramienta importante a través de internet y sobre todo es un instrumento de gente joven, la gente joven es capaz de hacer eso. Porque en algunos países de Europa lo hacen y en EE.UU. que hay una sociedad civil bastante combativa, pese a lo pueda parecer, tal es así que las campañas de Obama tienen en un 70% de importancia internet que contrata a cientos de personas para que trabajen el tema internet de cara a conseguir votos.

¿Por qué? Porque a la gente le cuesta mucho salir a la calle a manifestarse, movilizarse, y sin embargo a esa misma hora está delante de una computadora. Entonces, la idea es, la revolución no se va a hacer desde las computadoras, eso es obvio. La revolución la hace la gente y en las calles, hasta ahí estamos de acuerdo.

Pero el tema es cómo conseguimos que la gente acuda a las calles, salga de su casa para un fin social y colectivo. Esa sí es una batalla ardua. ¿Por qué? Porque el sistema, con mucha habilidad, ha concretado en cosas como el ocio o con la desgana genera de que nada se puede cambiar, nada se puede hacer y eso se ha extendido entre la gente joven.

Y digo lo de la gente joven porque es lo que más me preocupa.

¿Por qué? Porque la gente mayor y sobre todo en un país como Uruguay, si rascás un poquito vas encontrando algo de conciencia de clase o algo de conciencia social por la propia historia del país.

El problema es la gente que tiene menos de 25 años que se le ha mandado a su casa. Eso la social democracia en Europa, que es un poco el modelo del Frente Amplio a nivel organizativo y económico, son extremadamente hábiles. Les dice: no, no, ustedes disfrute de la vida, consuma todo tipo de cosas y productos que la política la hacemos nosotros. Ustedes confíen tranquilos y no participen en nada. Y la gente ha hecho caso a eso.

Y el problema es que cuando luego se les ha convocado ya la gente estaba deshabituada a salir. Porque si estás 3, 4, 5 ó 6 años sin grandes movilizaciones sociales después es difícil sacar a la gente del living.

De ahí la importancia que decíamos de figuras nuevas como el tema de la desobediencia civil o el boicot que decía un oyente. ¿Por qué? Porque la gente se siente útil y sobre todo copartícipe de la vida social.

Vos decías, no sirve de mucho hacer un boicot a un dirigente político, o incluso a un dirigente sindical vendido.

EChI: Que abundan.

JLA: Que abundan.

Depende. Porque si el boicot o el caceroleo ese se lo hacemos durante 48 horas en la puerta de su casa, lo que siempre se le llamó escrache, ya las cosas cambian. Y en vez de ser 100 personas, si son 5.000 se convierte en un elemento político de envergadura.

Eso está pasando en Grecia. En Grecia los ministros cambian de casa con urgencia cada 2 o 3 semanas porque los tienen localizados. Hay todo un movimiento, sobre todo el movimiento anarquista que los localiza, dicen que viven en tal lado y allá van a reventarles la noche.

Y eso genera policía, enfrentamientos, tensar socialmente desde el punto de vista de clase una sociedad, que es de lo que se trata. Acá o adormecemos o tensamos.

EChI: Para dormir ya hay cantidad de dirigentes.

JLA: Exacto.

Los que apostamos por tensar tenemos que buscar los mecanismos de tensión. Y esos mecanismos de tensión, vuelvo a lo de antes, puede ser que no nos sirvan los habituales métodos que tensaban la sociedad. Es decir, en este país tensó la sociedad de los cañeros cuando vinieron en los años 60, tensó al país. Yo no estoy muy seguro que hoy 40.000 personas por 18 de Julio tensen la sociedad, porque a esa misma hora están los shoppings llenos. La sociedad se ha pluralizado, no sé si en el buen o el mal sentido, pero es un hecho objetivo. Es decir, se ha pluralizado.

Igual hay gente en todos lados y la gente ha dejado a la política como un mal necesario.

EChI: Un mal necesario cada 5 años.

JLA: Claro, algo que le complica mucho la vida, que le obliga a pensar por qué el sistema hábilmente ha disociado la política y la economía de la vida cotidiana de la gente. O sea, la gente no piensa que si le va mal es por culpa de un sistema económico injusto, piensa que es porque no arriesga lo suficiente, que no tiene suerte, que la familia no lo apoya, que le prometió una cosa un empresario y no se la ha dado, etc. Pero nunca van a ser la política y la economía los culpables, porque de eso ya se ha encargado el sistema, de romper ese vínculo.

Entonces, la gente en su mayoría gravita en la sociedad como flotando. Y de repente le suena la campana anunciando que hay elecciones y al día siguiente vota.

Hay datos espeluznantes de algunos países que son sorprendentes. Por ejemplo, en las últimas elecciones en Francia hubo un dato concretito, yo estaba trabajando en Francia en ese momento, sorprendente. Casi el 18% de la población no se enteró de los resultados de las elecciones hasta cuatro días después. Es decir, fueron votaron, participaron pero... Increíble ¿no? uno que vive esa noche electoral como diciendo, a ver si los míos consiguen algo.


EChI: Sí, no se enteraron porque tampoco estaban muy interesados en enterarse.

JLA: Exacto. Participaron del llamado juego democrático o como queramos llamarle y está. Volvieron a su trabajo, sus compañeros de trabajo opinan como ellos en el sentido de que no les interesa la vida política y no se habló.

En la televisión obviaron los programas de información política y se fueron al otro canal que había otra cosa. Lo cierto es que tardaron unos cuantos días en saber los resultados.

Para los que estamos muy politizados eso es muy sorprendente pero es una realidad. ¿Y eso cómo lo afrontamos? Porque en la izquierda tenemos un discurso para gente que hay que convencer pero que por lo menos está en la mesa. ¿Cómo los convencemos?

Podemos decir siempre, el mundo estudiantil, el movimiento sindical, pero es que ese tipo de ciudadanos y ciudadanas también están desafectados de la vida sindical y estudiantil. En España solamente el 9% de los trabajadores están afiliados a algún sindicato.

EChI: ¿El 9%?

JLA: El 9%. ¿Y el resto dónde está?

Y con algunos datos espeluznantes, en el sentido de que la cotización mensual que pagás a un sindicato luego te la devuelven en la declaración de hacienda. O sea que encima no es “plata perdida”, te la devuelven porque el sistema incita a la gente a que participe o por lo menos esté afiliada a un sindicato.

Pues ni así.

EChI: No, acá seguramente van a crear un mecanismo así para que estén afiliados a PIT-CNT porque es un organismo de gobierno.

Te cambio de tema, hace mucho que ni se nombra a Julián Assange -al menos por aquí- y el otro día se nombró a Edward Snowden porque Estados Unidos lo acusó de haber estado siempre al servicio de Rusia y una serie de cosas. ¿En el Primer Mundo su repercusión sigue vigente?

JLA: Ha perdido vigencia, pero hubo un par de días de mucho susto, donde, tanto los papeles famosos de Wiki Leaks como sobre todo lo que podía estar destapando Snowden, preocupó.

Preocupó porque al sistema político y a sus mandatarios se les detectó un cierto miedo a que saliesen a la luz cosas que afectaban a lo que ellos dicen la seguridad del Estado. Y hubo preocupación, se veía a algún que otro ministro muy nervioso.

Y me los imaginaba llamando a EE.UU., hay que solucionar el problema de cualquier manera. Si hacía falta con dos balas, pues con dos balas.

Eso también demuestra algo que creo que tiene que alentar al optimismo, porque nosotros estamos en la izquierda en un momento donde tenemos de todo menos optimismo porque vemos que se va a tardar mucho en cambiar el estado de las cosas.

Sin embargo también demuestra que la maquinaria más perfecta, más engrasada, más preparada puede ser vencida con un grano de arena bien situado.

Es decir, un sólo grano de arena, depende dónde lo pongas. Si lo ponés en un sitio determinado de esa maquinaria perfecta y engrasada, aniquiladora, puede hacer que la máquina se pare. Hacen falta muchos granos de arena para probar y probar, y gente lúcida que diga dónde tenemos que colocar el grano ¿no?

Pero eso también demuestra que ellos tienen miedo. En España a partir de las movilizaciones famosas del 15M surgieron muchas frases lindas que tenían que ver con el poder popular al fin y al cabo. A mí hay una que me gusta sobremanera que es: “El miedo tiene que cambiar de bando”.

¿Qué significa esto? Que de momento los trabajadores, la gente más consciente, la gente de las capas más humildes, es la que tiene miedo. Tienen miedo a la policía, al gobierno, tiene miedo a perder su trabajo, tienen miedo a no llegar a ese umbral de consumo que parece básico para vivir. Tienen miedo, y los poderosos no tienen miedo.

Muy por el contrario se muestran ufanos de la situación.

El gran desafío es que el miedo cambie de bando, que ellos sean los que tienen miedo, que la otra barricada sea la que tiene miedo.

¿Cómo conseguimos eso? esa es una labor intelectual y activa de acción.

A mí la palabra “acción” cada vez me gusta más. ¿Por qué? Porque refleja que hemos dejado de dormir, que vamos a hacer acciones concretas y puntuales. O mejor inconexas con otra acción que se esté desarrollando en otro barrio, pero sí importante en sí misma. Y que hace acercar a la gente.

Te cuento una cortita, hay un barrio en Burgos, una ciudad de España, que le querían hacer una obra tremenda, un bulevar en el medio, con un gasto de 8 a 10 millones de euros. El barrio se llama Gamonal.

La gente se empezó a movilizar de verdad. Es decir, convocaban asambleas a las 12.00 de la noche y había de 300 a 500 personas.

Hubo enfrentamientos con la policía, los manifestantes fueron a los escaparates de los bancos culpables últimos y siempre presentes, les destrozaron un par de vidrios y eso provocó una alerta general de sistema.

Bueno, la gente se movilizó, es lo importante, y consiguieron parar la obra. La obra no se va a hacer y la plata se va a gastar en otra cosa.

¿Qué significa eso? Que es una batalla de barrio que por esa cuestión de pequeña violencia que hubo se convirtió en una gran noticia a nivel nacional.

Pero la lectura no es esa, la lectura es que la gente organizada consigue cosas. El sistema tiene mucho miedo a que estemos organizados, mucho miedo.

EChI: Es que sería su futura calamidad.

JLA: Exactamente.

Entonces, entramos como en medidas prontas de seguridad, cuando hay 4 personas reunidas se convierte en agentes peligrosos.

EChI: Por eso se le puso tope.

JLA: Claro, y por eso, por ejemplo, todos los países europeos están cambiando con cierta velocidad la legislación, los códigos penales, para que eso sea algo punitivo, que reunirse sea algo punitivo.

Por eso digo que una de las cosas, y terminamos con lo del telón que abrió la crisis, es que, oh sorpresa, no vivimos en una democracia donde la gente con su voto y su participación decide el futuro del país. No, hay siempre gente por encima sus votos y su poder vale mucho más que el de la gente sencilla.

Y ese es el gran descubrimiento. Es decir, no es como hasta ahora teníamos pensado que el régimen capitalista tiene una cara oscura, oculta y siempre dispuesta a que puede ser el fascismo, y una cara amable llamada “democracia burguesa” donde permite una serie de libertades para poder manejarnos. Eso murió como análisis.

Hoy por hoy hay muchos países europeos donde cogobiernan partidos de centroizquierda como de centroderecha. El caso más emblemático, pero no es el único, el caso de Alemania o Italia donde hay ministros de centroizquierda y ministros de centroderecha.

Y vos me vas a preguntar: ¿y cuando llega la campaña electoral qué hace y dicen, porque si han conformado un mismo gobierno qué pueden decir del otro?

Es sencillo, dicen que el Ministerio del Interior que lo llevaban los socialdemócratas funcionó mejor que el Ministerio de Exteriores de la derecha. Se limita a es simplemente.

EChI: Puede ser muy parecido a la campaña que se va a hacer en Uruguay, no da el ámbito para que tenga demasiadas diferencias, desde la multipartidaria en adelante.

JLA: El Frente Amplio ha copiado mucho el modelo europeo de la socialdemocracia en referencia a toda la parte económica, a la parte sindical, a la parte estudiantil. Es decir, no han sido especialmente novedosos ni originales, es casi copia fiel. Y ojo, un modelo en absoluta decadencia.

EChI: Sí, ciertamente.

Lamentablemente se nos termina el tiempo, Jorge, pero ¿cómo va InSurGente?

JLA: Bueno, InSurGente es uno de los diarios que se engloban en la lucha anticapitalista. Es decir, era prácticamente imposible, entre otras cosas por falta de permisos porque no te los da directamente construir diarios clásicos de papel o emisoras de radio, y la izquierda más combativa en toda Europa se ha ido directamente a trabajar en las redes de internet.

Y constituye uno de los medios de comunicación, con ámbito español, pero también con información internacional, como bien sabés, dentro de la barricada de los medios de contrainformación.

Amplio y muy, muy, muy visitados.

No sólo el caso de InSurGente sino también el caso de Rebelión, de Caos en la Red, etc.

Al día en España casi 100.000 personas entran en medios de comunicación de claro contenido anticapitalista, es una cifra muy importante.

EChI: Es muy importante muy alta realmente.

Jorge, un gusto que hayas estado por aquí.

JLA: No, el gusto ha sido mío.




DIPUTADOS DEL URUGUAY PROPONEN AL PRESIDENTE JOSÉ MUJICA PARA EL PRMEIO NOBEL DE LA PAZ

Los diputados de la coalición de izquierda gobernante en Uruguay, el Frente Amplio, postularon al presidente José Mujica al Nobel de la Paz 2014, calificándolo como un “ejemplo de vida”.

Mujica representa “un ejemplo de vida, que se aprecia en su trayectoria personal, las prioridades que ha tenido en tanto gobernante con respecto a problemas que son de la humanidad toda, así como su estilo de vida austero y solidario”, indica una carta enviada a finales del pasado mes de enero al Comité del Premio Nobel de la Paz, cuya sede se encuentra en Oslo.

En la misiva, los diputados señalan que el exguerrillero de 78 años de edad fue encarcelado durante la última dictadura militar de Uruguay y permaneció entre rejas “por más de una década en condiciones no aptas para la vida humana”, cita el diario 'El Observador'.

“Ha sido un tenaz constructor de caminos que contribuyen a la igualdad social y al respeto de los Derechos Humanos”, señala el texto, que destaca también algunas de las leyes aprobadas durante su gobierno, incluyendo la regulación de la producción y venta de marihuana, la despenalización del aborto y la instauración el matrimonio entre personas del mismo sexo.

La iniciativa se suma a la propuesta de una ONG de Holanda, Drugs Peace Institute, y de un grupo de profesores de derecho penal de la universidad alemana de Bremen que también piden el Nobel de la Paz para el mandatario uruguayo.

martes, 11 de febrero de 2014

Democracia o Capitalismo

http://www.boaventuradesousasantos.pt/pages/pt/homepage.php



Dos artículos publicados en Página12 con textos que  corresponden a la “Undécima carta a las izquierdas” del autor con traducción de Javier Lorca.

¿Democracia o capitalismo?


Al inicio del tercer milenio, las fuerzas de izquierda se debaten entre dos desafíos principales: la relación entre democracia y capitalismo, y el crecimiento económico infinito (capitalista o socialista) como indicador básico de desarrollo y progreso. 
En estas líneas voy a centrarme en el primer desafío.
Contra lo que el sentido común de los últimos 50 años nos puede hacer pensar, la relación entre democracia y capitalismo siempre fue una relación tensa, incluso de contradicción. Lo fue, ciertamente, en los países periféricos del sistema mundial, en lo que durante mucho tiempo se denominó Tercer Mundo y hoy se designa como Sur global. Pero también en los países centrales o desarrollados la misma tensión y la misma contradicción estuvieron siempre presentes. Basta recordar los largos años de nazismo y fascismo.
Un análisis más detallado de las relaciones entre capitalismo y democracia obligaría a distinguir entre diferentes tipos de capitalismo y su dominio en diferentes períodos y regiones del mundo, y entre diferentes tipos y grados de intensidad de la democracia. En estas líneas concibo al capitalismo bajo su forma general de modo de producción y hago referencia al tipo que ha dominado en las últimas décadas, el capitalismo financiero. En lo que respecta a la democracia, me centro en la democracia representativa tal como fue teorizada por el liberalismo.
El capitalismo sólo se siente seguro si es gobernado por quien tiene capital o se identifica con sus “necesidades”, mientras que la democracia es idealmente el gobierno de las mayorías que no tienen capital ni razones para identificarse con las “necesidades” del capitalismo, sino todo lo contrario. El conflicto es, en el fondo, un conflicto de clases, pues las clases que se identifican con las necesidades del capitalismo (básicamente, la burguesía) son minoritarias en relación con las clases que tienen otros intereses, cuya satisfacción colisiona con las necesidades del capitalismo (clases medias, trabajadores y clases populares en general). Al ser un conflicto de clases, se presenta social y políticamente como un conflicto distributivo: por un lado, la pulsión por la acumulación y la concentración de riqueza por parte de los capitalistas, y, por otro lado, la reivindicación de la redistribución de la riqueza generada en gran parte por los trabajadores y sus familias. La burguesía siempre ha tenido pavor a que las mayorías pobres tomen el poder y ha usado el poder político que le concedieron las revoluciones del siglo XIX para impedir que eso ocurra. Ha concebido a la democracia liberal de modo de garantizar eso mismo a través de medidas que cambiaron con el tiempo, pero mantuvieron su objetivo: restricciones al sufragio, primacía absoluta del derecho de propiedad individual, sistema político y electoral con múltiples válvulas de seguridad, represión violenta de la actividad política fuera de las instituciones, corrupción de los políticos, legalización del lobby... Y siempre que la democracia se mostró disfuncional, se mantuvo abierta la posibilidad del recurso a la dictadura, algo que sucedió muchas veces.
Después de la Segunda Guerra Mundial, muy pocos países tenían democracia, vastas regiones del mundo estaban sometidas al colonialismo europeo, que servía para consolidar el capitalismo euro-norteamericano, Europa estaba devastada por una guerra que había sido provocada por la supremacía alemana, y en el Este se consolidaba el régimen comunista, que aparecía como alternativa al capitalismo y la democracia liberal. En este contexto surgió en la Europa más desarrollada el llamado capitalismo democrático, un sistema de economía política basado en la idea de que, para ser compatible con la democracia, el capitalismo debería ser fuertemente regulado, lo que implicaba la nacionalización de sectores clave de la economía, un sistema tributario progresivo, la imposición de las negociaciones colectivas e incluso, como sucedió en la Alemania Occidental de entonces, la participación de los trabajadores en la gestión de empresas. En el plano científico, Keynes representaba entonces la ortodoxia económica y Hayek, la disidencia. En el plano político, los derechos económicos y sociales (derechos al trabajo, la educación, la salud y la seguridad social, garantizados por el Estado) habían sido el instrumento privilegiado para estabilizar las expectativas de los ciudadanos y para enfrentar las fluctuaciones constantes e imprevisibles de las “señales de los mercados”. Este cambio alteraba los términos del conflicto distributivo, pero no lo eliminaba. Por el contrario, tenía todas las condiciones para instigarlo luego de que se debilitara el crecimiento de las tres décadas siguientes. Y así sucedió.
Desde 1970, los Estados centrales han estado manejando el conflicto entre las exigencias de los ciudadanos y las exigencias del capital mediante el recurso a un conjunto de soluciones que gradualmente fueron dando más poder al capital. Primero fue la inflación (1970-1980); después, la lucha contra la inflación, acompañada del aumento del desempleo y del ataque al poder de los sindicatos (desde 1980), una medida complementada con el endeudamiento del Estado como resultado de la lucha del capital contra los impuestos, del estancamiento económico y del aumento de los gastos sociales originados en el aumento del desempleo (desde mediados de 1980), y luego con el endeudamiento de las familias, seducidas por las facilidades de crédito concedidas por un sector financiero finalmente libre de regulaciones estatales, para eludir el colapso de las expectativas respecto del consumo, la educación y la vivienda (desde mediados de 1990). Hasta que la ingeniería de las soluciones ficticias llegó a su fin con la crisis de 2008 y se volvió claro quién había ganado en el conflicto distributivo: el capital. La prueba: la conversión de la deuda privada en deuda pública, el incremento de las desigualdades sociales y el asalto final a las expectativas de una vida digna de las mayorías (los trabajadores, los jubilados, los desempleados, los inmigrantes, los jóvenes en busca de empleo) para garantizar las expectativas de rentabilidad de la minoría (el capital financiero y sus agentes). La democracia perdió la batalla y sólo evitará ser derrotada en la guerra si las mayorías pierden el miedo, se rebelan dentro y fuera de las instituciones y fuerzan al capital a volver a tener miedo, como sucedió hace sesenta años.
En los países del Sur global que disponen de recursos naturales la situación es, por ahora, diferente. En algunos casos, por ejemplo en varios países de América latina, hasta puede decirse que la democracia se está imponiendo en el duelo con el capitalismo, y no es por casualidad que en países como Venezuela y Ecuador se comenzó a discutir el tema del socialismo del siglo XXI, aunque la realidad esté lejos de los discursos. Hay muchas razones detrás, pero tal vez la principal haya sido la conversión de China al neoliberalismo, lo que provocó, sobre todo a partir de la primera década del siglo XXI, una nueva carrera por los recursos naturales. El capital financiero encontró ahí y en la especulación con productos alimentarios una fuente extraordinaria de rentabilidad. Esto permitió que los gobiernos progresistas –llegados al poder como consecuencia de las luchas y los movimientos sociales de las décadas anteriores– pudieran desarrollar una redistribución de la riqueza muy significativa y, en algunos países, sin precedentes. Por esta vía, la democracia ganó nueva legitimidad en el imaginario popular. Pero, por su propia naturaleza, la redistribución de la riqueza no puso en cuestión el modelo de acumulación basado en la explotación intensiva de los recursos naturales y, en cambio, la intensificó. Esto estuvo en el origen de conflictos –que se han ido agravando– con los grupos sociales ligados a la tierra y a los territorios donde se encuentran los recursos naturales, los pueblos indígenas y los campesinos.
En los países del Sur global con recursos naturales pero sin una democracia digna de ese nombre, el boom de los recursos no trajo ningún impulso a la democracia, pese a que, en teoría, condiciones mas propicias para una resolución del conflicto distributivo deberían facilitar la solución democrática y viceversa. La verdad es que el capitalismo extractivista obtiene mejores condiciones de rentabilidad en sistemas políticos dictatoriales o con democracias de bajísima intensidad (sistemas casi de partido único), donde es más fácil corromper a las elites, a través de su involucramiento en la privatización de concesiones y las rentas del extractivismo. No es de esperar ninguna profesión de fe en la democracia por parte del capitalismo extractivista, incluso porque, siendo global, no reconoce problemas de legitimidad política. Por su parte, la reivindicación de la redistribución de la riqueza por parte de las mayorías no llega a ser oída, por falta de canales democráticos y por no poder contar con la solidaridad de las restringidas clases medias urbanas que reciben las migajas del rendimiento extractivista. Las poblaciones más directamente afectadas por el extractivismo son los campesinos, en cuyas tierras están los yacimientos mineros o donde se pretende instalar la nueva economía agroindustrial. Son expulsados de sus tierras y sometidos al exilio interno. Siempre que se resisten son violentamente reprimidos y su resistencia es tratada como un caso policial. En estos países, el conflicto distributivo no llega siquiera a existir como problema político. De este análisis se concluye que la actual puesta en cuestión del futuro de la democracia en Europa del Sur es la manifestación de un problema mucho más vasto que está aflorando en diferentes formas en varias regiones del mundo. Pero, así formulado, el problema puede ocultar una incertidumbre mucho mayor que la que expresa. No se trata sólo de cuestionar el futuro de la democracia. Se trata, también, de cuestionar la democracia del futuro. La democracia liberal fue históricamente derrotada por el capitalismo y no parece que la derrota sea reversible. Por eso, no hay que tener esperanzas de que el capitalismo vuelva a tenerle miedo a la democracia liberal, si alguna vez lo tuvo. La democracia liberal sobrevivirá en la medida en que el capitalismo global se pueda servir de ella. La lucha de quienes ven en la derrota de la democracia liberal la emergencia de un mundo repugnantemente injusto y descontroladamente violento debe centrarse en buscar una concepción de la democracia más robusta, cuya marca genética sea el anticapitalismo. Tras un siglo de luchas populares que hicieron entrar el ideal democrático en el imaginario de la emancipación social, sería un grave error político desperdiciar esa experiencia y asumir que la lucha anticapitalista debe ser también una lucha antidemocrática. Por el contrario, es preciso convertir al ideal democrático en una realidad radical que no se rinda ante el capitalismo. Y como el capitalismo no ejerce su dominio sino sirviéndose de otras formas de opresión, principalmente del colonialismo y el patriarcado, esta democracia radical, además de anticapitalista, debe ser también anticolonialista y antipatriarcal. Puede llamarse revolución democrática o democracia revolucionaria –el nombre poco importa–, pero debe ser necesariamente una democracia posliberal, que no puede perder sus atributos para acomodarse a las exigencias del capitalismo. Al contrario, debe basarse en dos principios: la profundización de la democracia sólo es posible a costa del capitalismo; y en caso de conflicto entre capitalismo y democracia debe prevalecer la democracia real.

¿Extractivismo o ecología?



Al inicio del tercer milenio, las fuerzas de izquierda se debaten entre dos desafíos principales: la relación entre democracia y capitalismo, y el crecimiento económico infinito (capitalista o socialista) como indicador básico de desarrollo y progreso. 
Seguidamente  voy a centrarme en el segundo desafío 
Antes de la crisis financiera, Europa era la región del mundo donde los movimientos ambientalistas y ecologistas tenían más visibilidad política y donde la narrativa de la necesidad de complementar el pacto social con el pacto natural parecía tener gran aceptación pública. Sorprendentemente o no, con el estallido de la crisis tanto estos movimientos como esta narrativa desaparecieron de la escena política y las fuerzas políticas que más directamente se oponen a la austeridad financiera reclaman crecimiento económico como la única solución y sólo excepcionalmente hacen una mención algo simbólica a la responsabilidad ambiental y la sustentabilidad. Y, de hecho, las inversiones públicas en energías renovables fueron las primeras en ser sacrificadas por las políticas de ajuste estructural. Ahora bien, el modelo de crecimiento que estaba en vigor antes de la crisis era el blanco principal de las críticas de los movimientos ambientalistas y ecologistas, precisamente, por ser insostenible y producir cambios climáticos que, según los datos la ONU, serían irreversibles a muy corto plazo, según algunos, a partir de 2015. Esta rápida desaparición de la narrativa ecologista muestra que el capitalismo tiene prioridad no sólo sobre la democracia, sino también sobre la ecología y el ambientalismo.
Pero hoy es evidente que, en el umbral del siglo XXI, el desarrollo capitalista toca la capacidad límite del planeta Tierra. En los últimos meses, varios records de riesgo climático fueron batidos en Estados Unidos, la India, el Artico, y los fenómenos climáticos extremos se repiten con cada vez mayor frecuencia y gravedad. Ahí están las sequías, las inundaciones, la crisis alimentaria, la especulación con productos agrícolas, la creciente escasez de agua potable, el desvío de terrenos destinados a la agricultura para desarrollar agrocombustibles, la deforestación de bosques. Paulatinamente, se va constatando que los factores de la crisis están cada vez más articulados y son, al final, manifestaciones de la misma crisis, que por sus dimensiones se presenta como crisis civilizatoria. Todo está vinculado: la crisis alimentaria, la crisis ambiental, la crisis energética, la especulación financiera sobre los commodities y los recursos naturales, la apropiación y la concentración de tierras, la expansión desordenada de la frontera agrícola, la voracidad de la explotación de los recursos naturales, la escasez de agua potable y la privatización del agua, la violencia en el campo, la expulsión de poblaciones de sus tierras ancestrales para abrir camino a grandes infraestructuras y megaproyectos, las enfermedades inducidas por un medioambiente degradado, dramáticamente evidentes en la mayor incidencia del cáncer en ciertas zonas rurales, los organismos genéticamente modificados, los consumos de agrotóxicos, etcétera. La Conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible realizada en junio de 2012, Río+20, fue un rotundo fracaso por la complicidad mal disfrazada entre las élites del Norte global y las de los países emergentes para dar prioridad al lucro de sus empresas a costa del futuro de la humanidad.
En varios países de América latina, la valorización internacional de los recursos financieros permitió una negociación de nuevo tipo entre democracia y capitalismo. El fin (aparente) de la fatalidad del intercambio desigual (las materias primas siempre menos valoradas que los productos manufacturados), que encadenaba a los países de la periferia del sistema mundial al desarrollo dependiente, permitió que las fuerzas progresistas, antes vistas como “enemigas del desarrollo”, se liberasen de ese fardo histórico, transformando el boom en una ocasión única para realizar políticas sociales y de redistribución de la renta. Las oligarquías y, en algunos países, sectores avanzados de la burguesía industrial y financiera altamente internacionalizados, perdieron buena parte del poder político gubernamental, pero a cambio vieron incrementado su poder económico. Los países cambiaron sociológica y políticamente, hasta el punto de que algunos analistas vieron la emergencia de un nuevo régimen de acumulación, más nacionalista y estatista, el neodesarrollismo, sobre la base del neoextractivismo.
Sea como fuere, este neoextractivismo se basa en la explotación intensiva de los recursos naturales y, por lo tanto, plantea el problema de los límites ecológicos (para no hablar de los límites sociales y políticos) de esta nueva (vieja) fase del capitalismo. Esto es tanto más preocupante en cuanto este modelo de “desarrollo” es flexible en la distribución social, pero rígido en su estructura de acumulación. Las locomotoras de la minería, del petróleo, del gas natural, de la frontera agrícola son cada vez más potentes y todo lo que se interponga en su camino y obstruya su trayecto tiende a ser arrasado como obstáculo al desarrollo. Su poder político crece más que su poder económico, la redistribución social de la renta les confiere una legitimidad política que el anterior modelo de desarrollo nunca tuvo, o sólo tuvo en condiciones de dictadura.
Por su atractivo, estas locomotoras son eximias para transformar las señales cada vez más perturbadoras de la inmensa deuda ambiental y social que generan en un costo inevitable del “progreso”. Por otro lado, privilegian una temporalidad que es afín a la de los gobiernos: el boom de los recursos naturales no va a durar para siempre y, por eso, hay que aprovecharlo al máximo en el más corto plazo. El brillo del corto plazo oculta las sombras del largo plazo. En tanto el boom configura un juego de suma positiva, quien se interpone en su camino es visto como un ecologista infantil, un campesino improductivo o un indígena atrasado, y muchas veces es sospechado de integrar “poblaciones fácilmente manipulables por Organizaciones No Gubernamentales al servicio de quién sabe quién”.
En estas condiciones se vuelve difícil poner en acción principios de precaución o lógicas de largo plazo. ¿Qué pasará cuando el boom de los recursos naturales termine? ¿Y cuando sea evidente que la inversión de los recursos naturales no fue debidamente compensada por la inversión en recursos humanos? ¿Cuando no haya dinero para generosas políticas compensatorias y el empobrecimiento súbito cree un resentimiento difícil de manejar en democracia? ¿Cuando los niveles de enfermedades ambientales sean inaceptables y sobrecarguen los sistemas públicos de salud hasta volverlos insostenibles? ¿Cuando la contaminación de las aguas, el empobrecimiento de las tierras y la destrucción de los bosques sean irreversibles? ¿Cuando las poblaciones indígenas, ribereñas y de los quilombos (afrobrasileños) que fueron expulsadas de sus tierras cometan suicidios colectivos o deambulen por las periferias urbanas reclamando un derecho a la ciudad que siempre les será negado? Estas preguntas son consideradas por la ideología económica y política dominante como escenarios distópicos, exagerados o irrelevantes, fruto de un pensamiento crítico entrenado para dar malos augurios. En suma, un pensamiento muy poco convincente y de ningún atractivo para los grandes medios de comunicación.
En este contexto, sólo es posible perturbar el automatismo político y económico de este modelo mediante la acción de movimientos y organizaciones sociales con el suficiente coraje para dar a conocer el lado destructivo sistemáticamente ocultado del modelo, dramatizar su negatividad y forzar la entrada de esta denuncia en la agenda política. La articulación entre los diferentes factores de la crisis deberá llevar urgentemente a la articulación entre los movimientos sociales que luchan contra ellos. Se trata de un proceso lento en el que el peso de la historia de cada movimiento cuenta más de lo que debería, pero ya son visibles articulaciones entre las luchas por los derechos humanos, la soberanía alimentaria, contra los agrotóxicos, contra los transgénicos, contra la impunidad de la violencia en el campo, contra la especulación financiera con productos alimentarios, por la reforma agraria, los derechos de la naturaleza, los derechos ambientales, los derechos indígenas y de los quilombos, el derecho a la ciudad, el derecho a la salud, la economía solidaria, la agroecología, el gravamen de las transacciones financieras internacionales, la educación popular, la salud colectiva, la regulación de los mercados financieros, etc.
Tal como ocurre con la democracia, sólo una conciencia y una acción ecológica vigorosas, anticapitalistas, pueden enfrentar con éxito la vorágine del capitalismo extractivista. Al “ecologismo de los ricos” es preciso contraponerle el “ecologismo de los pobres”, basado en una economía política no dominada por el fetichismo del crecimiento infinito y del consumismo individualista, sino en las ideas de reciprocidad, solidaridad y complementariedad vigentes tanto en las relaciones entre los seres humanos como en las relaciones entre los humanos y la naturaleza.








biografía
Es Profesor Catedrático Jubilado de la Facultad de Economía de la Universidad de Coímbra, Distinguished Legal Scholar de la Facultad de Derecho de la Universidad de Wisconsin-Madison y Global Legal Scholar de la Universidad de Warwick. Es asimismo director del Centro de Estudios Sociales de la Universidad de Coímbra. Del conjunto de su vasta obra destacamos: Foro Social Mundial. Manual de uso (2005); The Rise of the Global Left. The World Social Forum and Beyond (2006); Sociología jurídica crítica. Para un nuevo sentido común en el derecho (Trotta, 2009); Una epistemología del Sur. La reinvención del conocimiento y la emancipación social (2009); Refundación del Estado en América Latina. Perspectivas desde una epistemología del Sur (2010); El milenio huérfano. Ensayos para una nueva cultura política (Trotta,22011), y Epistemologies of the South: Justice against Epistemicide (2014).
Bibliografía

http://www.trotta.es/pagina.php?cs_id_pagina=15&cs_id_contenido=10812